Sharm El Sheikh. La humanidad tiene una elección: cooperar o morir. Un pacto por la solidaridad climática, o un pacto suicida colectivo
, advirtió ayer Antonio Guterres, secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), ante un centenar de líderes reunidos en Egipto. El presidente Abdel Fattah al Sisi, anfitrión del encuentro, destacó: hemos visto una catástrofe tras otra; no nos recuperamos de una y viene otra
.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que congrega a casi 200 países hasta el próximo día 18, será una nueva etapa del forcejeo habitual entre países industrializados y naciones en desarrollo, en torno al dinero que hay que destinar para adaptarse a los cambios, reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y pagar el inventario de daños y pérdidas.
Guterres apremió a concluir el acuerdo entre países industrializados y en desarrollo, en lo que se denomina el pacto de solidaridad climática
, que implica el compromiso de todas las naciones de reducir sus emisiones en esta década para lograr limitar el aumento global de la temperatura a 1.5 grados Celsius.
El pacto, según Guterres, supondría poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles y eliminar gradualmente el uso del carbón.
Las naciones más industrializadas, y las que más contaminan, insisten en que no se hable de indemnizar a los países más pobres. El conjunto de las naciones en desarrollo agrupadas en el G-77 y lideradas actualmente por Pakistán, consideran que no sólo se debe hablar de compensaciones, sino que éstas deben entregarse lo antes posible. Se tiene programado llegar a un acuerdo sobre el tema en 2024.
Asimismo, los países industrializados siguen sin lograr el objetivo de movilizar 100 mil millones de dólares anuales para ayudar a las naciones pobres a reducir sus emisiones de efecto invernadero.
La ONU reveló ayer un plan de acción de más de 3 mil millones de dólares para que en cinco años toda la población mundial esté protegida por un sistema de alerta temprana de desastres meteorológicos.
El dinero se destinará a cuatro ámbitos: mejor conocimiento de los riesgos, puesta en marcha de servicios de vigilancia y de alerta, refuerzo de la capacidad para actuar en el terreno y transferencia de información sobre riesgos.
Las poblaciones de África, el sur de Asia, América Central y del Sur, y de pequeños estados insulares tienen 15 veces más riesgo de morir en una catástrofe climática
, añadió Guterres.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, llamó a presionar a los países ricos para que apoyen financieramente a las naciones pobres en su lucha contra el cambio climático, y aseguró que Francia y el resto de Europa pagan lo que les corresponde, a diferencia de otros países a los que no mencionó, pero entre los que figuran Estados Unidos y China.
Macron y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, charlaron brevemente al encontrarse en los pasillos del recinto que alberga la cumbre, tras darse un apretón de manos. De acuerdo con la cadena Telesur, Macron dijo a su par venezolano que le interesa comenzar un trabajo bilateral que sea útil para el país y la región
.
Las conferencias, un fracaso
, señala Petro
El presidente colombiano, Gustavo Petro, mencionó ayer que las conferencias sobre el clima han sido un fracaso
, y planteó un plan de inversiones internacionales para preservar la selva amazónica.
Propuso desmantelar el sistema de instituciones internacionales, acabar con los combustibles fósiles y establecer una sólida planificación económica para salvar de la humanidad de estos tiempos de extinción
.
En ese combate climático, salvar la selva amazónica es uno de los puntos principales. Colombia ya perdió entre 2018 y 2021 una superficie de más de 7 mil kilómetros cuadrados, según la ONU.
Colombia otorgará 200 millones de dólares anualmente durante 20 años para salvar la selva amazónica en su territorio. Esperamos el aporte mundial
explicó Petro.
Noruega y Alemania anunciaron conjuntamente una ayuda adicional de 25 millones de dólares para la preservación de la Amazonia colombiana.
Asimismo, líderes de cerca de 50 países y organizaciones lanzaron ayer la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía en la COP27 con el fin de que más naciones estén preparadas a enfrentar la falta de lluvia, y que fue propuesta por Senegal y España. La alianza fue establecida como una solución específica para la ONU ante los efectos del cambio climático, que comenzará a funcionar con un fondo de más de 5 millones de dólares.