Detroit, Michigan. Una de las marcas líderes a nivel global en desarrollo de productos OEM para la industria automotriz, es FORVIA, misma que se ha involucrado no solamente en la fabricación de autopartes como interiores, paneles de puertas, asientos, tableros, componentes electrónicos y sistemas integrales de escapes para vehículos, sino que también ha profundizado en investigación y desarrollo de energías limpias para la transformación de la movilidad, en una más amigable con el planeta.
Si bien la electrificación es una solución que poco a poco se ha popularizado en diferentes mercados gracias a su misión de respetar el medio ambiente, no es posible ignorar que para alcanzar el uso de vehículos eléctricos de una manera habitual, es necesario que los productos que comercializa cada armadora se vuelvan asequibles para bolsillos que hoy pueden adquirir un vehículo; además no hay que perder de vista otra problemática aún más aguda, la de infraestructura.
La dependencia de estaciones de carga para los vehículos cien por ciento eléctricos actualmente es inevitable; si bien la tecnología ha evolucionado a un grado que cada vez ofrece un mayor rango de autonomía para la unidad de alimente el banco de baterías de iones de litio, eventualmente debe detenerse por varias horas o al menos una en el mejor de los casos, en una estación de carga para alimentar de energía eléctrica a las baterías y así poder suministrar corriente a los motores eléctricos que impulsen el vehículo en cuestión.
La existencia de suficientes estaciones de carga para satisfacer las necesidades de los propietarios de este tipo de vehículos, así como la red eléctrica que pueda generar y surtir corriente eléctrica a dichas estaciones, es lo que llamamos infraestructura de electrificación para la movilidad; es aquí donde se encuentra su lado débil.
FORVIA es el resultado de la fusión de Faurecia y Hella, que actualmente cuenta con 63 centros de R&D (Investigación y Desarrollo) alrededor del mundo, con más de 150 mil empleados en más de 40 países, incluido México. Como parte de su filosofía de ser un factor de cambio está su compromiso de hacer que la transformación de la movilidad suceda.
Para capitalizar en resultados tangibles, la empresa ha puesto manos a la obra en la aplicación de una alternativa de energías limpias a través del hidrógeno, donde aprovechando sus instalaciones en el epicentro de la industria automotriz en Detroit, Michigan, han comenzado a poner en práctica la operación de unidades comerciales de diferentes marcas armadoras como Toyota, circulando de manera cotidiana en la región para perfeccionar los sistemas de hidrógeno como fuente de energía para los motores que impulsan estos vehículos.
En un panel de discusión que se llevó a cabo en el auditorio de las oficinas centrales de FORVIA, en la ciudad de Detroit, participaron personajes que representan a los protagonistas involucrados en este proyecto, quienes dieron a conocer las acciones tomadas para alcanzar resultados cada vez más sólidos en cuanto a la evolución de motorización alimentada por hidrógeno, con miras a construir una infraestructura adecuada y suficiente en Estados Unidos, comenzando por Michigan.
Entre los participantes, se encontraban, Tarek Abdel-Baset, Jefe de Ingeniería de Sistemas de Almacenamiento de Hidrógeno, Cero Emisiones, de FORVIA; Sumanth Addagaria, Vicepresidente de BayoTech; Jordan Choby, Vicepresidente de Unidad de Potencia de Toyota NA R&D; Rob Del Core, Gerente General de Symbio Norteamérica; Reuben Sarkar, Presidente y CEO American Center For Mobility; y como moderador, Glenn Stevens, Director Ejecutivo de MICHAuto.
Tarek Abdel-Baset, en exclusiva para los medios especializados mexicanos que visitamos las instalaciones de FORVIA, compartió que una de las ventajas que podríamos considerar para los vehículos alimentados por hidrógeno, es que a diferencia de los eléctricos, no requieren una batería más grande, significando esto, que para incrementar el rango de autonomía, no es necesario crecer la batería de celdas de combustible, sino el tamaño de los tanques de almacenamiento de hidrógeno; representando un control importante del precio de las unidades, debido a que la producción de un tanque de hidrógeno no cuesta lo mismo que una batería de iones de litio, como sí ocurre en el caso de los eléctricos.
Por otro lado, una de las comparativas que planteó el directivo, es la que pareciera ser la de mayor impacto en el caso específico de las unidades comerciales; se trata del peso total del vehículo.
Abdel-Baset agregó que en un simple ejemplo de un camión utilitario, el hecho de que un camión eléctrico tenga como objeto de uso, la carga de mercancía; esta se ve mermada por el peso que representa el banco de baterías que alimenta a sus motores eléctricos, a diferencia del caso de un camión de hidrógeno, que es considerablemente más ligero al llevar tanques de almacenamiento de hidrógeno, que será convertido por la batería de celdas de combustible, donde se lleva a cabo la reacción química para alimentar el motor que impulsará el vehículo en cuestión; permitiendo así explotar de mejor manera las prestaciones naturales de su uso como utilitario de carga, sin mermar sus capacidades.
Tarek expuso que entre las metas a corto plazo, está la de disminuir costos de producción específicamente en cuanto a la producción de los tanques de hidrógeno, así como eficientar la fabricación de los mismos, debido a que actualmente se toman muchas horas en curar los materiales que componen dichos tanques, de manera que se industrialicen los procesos para que se convierta en una línea de producción más ágil para cuando la demanda de estos sea más intensa.
A pesar de que se trata de una tecnología que claramente se encuentra en desarrollo, todo indica que es muy probable que se trate de el siguiente paso en la búsqueda de la transformación de la movilidad en una impulsada por energías limpias; una que con seguridad veremos en práctica de manera más intensa con el paso del tiempo.