Ciudad de México. Cerca del final de su vida, el filósofo Luis Villoro (1922-2014) se preguntó de manera reiterada qué es ser de izquierda, a lo que concluyó, lejos de cualquier ortodoxia, que “es una actitud común de disrupción ante la realidad social existente que da lugar a una práctica transformadora”.
Así lo sostuvo el viernes el escritor y periodista Luis Hernández Navarro en el segundo y último día del homenaje que El Colegio Nacional rindió a ese intelectual mexicano por su centenario, cumplido el 3 de noviembre.
El coordinador de Opinión de La Jornada recordó que Villoro sostenía que ser de izquierda es, a la vez, negación de un orden dado y proyección de otro que se supone más racional y humano.
“La izquierda, decía, es una actitud, una forma de elección de la vida, una manera de ser. Señalaba, el campo natural de la izquierda no es el gobierno ni una determinada institución”, agregó.
Hernández Navarro habló de Luis Villoro en el contexto de las luchas sociales. Entre otros aspectos, rememoró la ruptura del filósofo con el grupo Hiperión, del cual formaba parte, así como su participación en la revista El Espectador a finales de la década de los 50, al lado de Carlos Fuentes, Víctor Flores Olea, Jaime García Terrés y Enrique González Pedrero, entre otros intelectuales, desde la cual apoyó de forma irrefutable a la revolución cubana.
También tocó de manera tangencial su participación en el movimiento estudiantil del 68, con una visión autogestionaria, y su papel relevante en la formación del Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), en una relación muy estrecha con Heberto Castillo (1928-1997).
Según el comunicador, Luis Villoro vivió su determinación de dominar la política y no de padecerla con una dignidad en la que nunca capituló, en la que demostró en los últimos años de su vida lo que era su intuición de sus primeros trabajos: la periferia está en el centro.
La antropóloga Mariana Mora se refirió a La identidad múltiple, el último libro del maestro, publicado de forma póstuma por El Colegio Nacional, conformado por ensayos que, describió, abordan conceptos centrales como revolución, democracia, justicia y derechos, así como acontecimientos de finales del siglo XX y comienzos del siglo XXI cuyo ecos siguen reverberando ahora en los Acuerdos de San Andrés, los debates jurídicos y políticos respecto al sujeto colectivo de derecho, las movilizaciones en la UNAM en defensa de la educación gratuita y la Otra Campaña del EZLN.
Destacó que los textos se distancian del ser pensante que contempla el paisaje social a partir de un punto alejado y omnipresente; y por ello “la obra de Luis Villoro ocupa un lugar central dentro del pensamiento crítico latinoamericano del siglo XX”.
Coordinada por el escritor Juan Villoro, miembro de el Colegio Nacional e hijo del filósofo, en la mesa la socióloga y antropóloga Márgara Millán ahondó en la relación entre zapatismo y filosofía en Luis Villoro.