“La justicia no va a investigar” sobre el atentado fallido del pasado 1° de septiembre, dijo la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, al reaparecer por primera vez después de este grave hecho encabezando un acto masivo de trabajadores, organizado por el sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), con una larga historia en el peronismo.
“Ya estoy resignada, que no va a investigar, porque les sirvo de acusada, no de víctima a ese partido judicial”, advirtió durante el evento. Al recordar la noche de aquel jueves, compartió que “lo que no podría sacarme de la cabeza, ni aún hoy, es qué hubiera pasado si hubiera gatillado. Esa imagen para mis hijos y mis nietos”.
Fernández de Kirchner reconoció que la primera conclusión que sacó del la agresión que sufrió es que “los supuestos indignados estaban pagados por empresarios identificados con el gobierno que endeudó a Argentina”.
En ese sentido, señaló a la opositora alianza derechista de Juntos por el Cambio y, aunque no lo nombró, refirió al diputado nacional Gerardo Milman, ex secretario de Seguridad en la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), a quien se atribuye haber manifestado estar al tanto del intento de magnicidio dos días antes.
“Esa fuerza política que dice que va a darle seguridad a los argentinos, descubrimos que durante su gestión en seguridad, pusieron a conducir en la escuela de inteligencia y la dirección nacional de política criminal, a una Miss Argentina”, señaló la vicepresidenta, en alusión a Carolina Gómez Mónaco, contratada por Milman.
El dirigente de la UOM, Abel Furman, dijo al inicio que la habían invitado para agradecerle lo que había hecho durante su presidencia en favor de los trabajadores, destacando la enorme diferencia con lo sucedido durante el gobierno de Macri con el cierre de industrias y una serie de medidas, que dejaron un país arrasado.
Destacó que durante el gobierno de Fernández de Kirchner se había vivido un tiempo en que los trabajadores podían ahorrar, se vivía bien y además destacó la recuperación de las empresas estatales.
La vicepresidenta reclamó una suma fija para recuperar el poder adquisitivo, sin dejar de llevar adelante las paritarias.
Al iniciar su discurso, apuntó que “después de algunas cosas no hay mejor lugar que estar junto a los trabajadores y trabajadoras”. Aseguró que va “a hacer lo que tenga que hacer” para lograr que el pueblo pueda “organizarse en un proyecto de país” que “vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría”.
Al referirse al tema de precios y sueldos, señaló que esto “debe ser abordado desde los números concretos”, y sostuvo que “la recuperación del salario tiene que ver con que vuelvan a pagarse los salarios vinculados con la productividad”, por lo que estima la necesidad de una suma fija para los trabajadores”, pero aclaró que “esto no va en detrimento de las paritarias”.
Destacó que es necesario que los asalariados vuelvan a participar en la política, pero no sólo en reclamo sindical, sino en el modelo de organización política del país, al recordar que este fue lo que trajo el peronismo llamando a los dirigentes sindicales a involucrarse en esta discusión “porque el pato de la boda van a ser los trabajadores”.
Demandó que es necesario que interfiera en la distribución del ingreso, destacando que el ministro de Economía, Sergio Massa, había sido cauto al mencionar este tema, pero no descartó que se aplique una medida de este estilo.
Los trabajadores de la UOM cuyo dirigente es Abel Furlán cantaron lo que se escucha en estos días “Cristina Presidenta”, al reclamar por su candidatura en las próximas elecciones. Ante esto, respondió: “Saben que voy a ser lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo, nuestra sociedad pueda organizarse en un proyecto de país que vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría de nuestra gente”.
“Muchos decían que mi ciclo estaba terminado”, afirmó en referencia a frases pronunciadas años atrás por dirigentes que forman parte del actual gobierno, aunque no los nombró.
En tanto, fuentes oficiales informaron que hubo una comunicación telefónica anoche entre el presidente Alberto Fernández, con su par mexicano Andrés López Obrador, para intercambiar sus visiones sobre la región tras el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.
López Obrador invitó a Fernández a viajar a México el próximo día 24, lo que aceptó pensando además en sumar a Lula a partir de su asunción, al considerar la importancia de los tres países en estos momentos. “Este es el deber que nos impone este tiempo”, tuiteó Fernández.