Madrid. Un estudio genético humano publicado en Current Biology vincula la pérdida de grandes vertebrados en Madagascar con la primera gran expansión de los seres humanos en la isla, hace unos mil años.
La isla de Madagascar, una de las últimas grandes masas de tierra colonizadas por humanos, se encuentra a unos 400 kilómetros de la costa de África Oriental. Si bien todavía se considera un lugar de biodiversidad única, Madagascar perdió hace mucho tiempo todos sus vertebrados de cuerpo grande, incluidos los lémures gigantes, los elefantes, las tortugas y los hipopótamos.
"Esta expansión demográfica humana fue simultánea con una transición cultural y ecológica en la isla. Alrededor del mismo período, aparecieron ciudades en Madagascar y desaparecieron todos los vertebrados de más de 10 kilogramos", ha señalado el investigador del Centro Nacional Francés de Investigación Científica (CNRS) en Toulouse, Denis Pierron.
El experto ha explicado que los orígenes de los humanos en Madagascar "han sido durante mucho tiempo un enigma". La isla es el hogar de 25 millones de personas que hablan un idioma asiático a pesar de la proximidad de la isla al este de África. Otros grupos que hablan idiomas similares viven a casi seis mil 500 kilómetros de distancia.
Las personas que viven en Madagascar tienen sus raíces en dos pequeñas poblaciones: una de habla bantú de África y otra de habla austronesia de Asia.
Para rastrear la historia y comprender más sobre el origen del pueblo malgache, un consorcio multidisciplinario lanzó en 2007 un proyecto conocido como Madagascar Genética y Etnolingüística (MAGE). Durante un período de diez años, investigadores malgaches e internacionales visitaron más de 250 pueblos en todo el país para probar la diversidad cultural y genética humana.
En el nuevo estudio, Pierron y sus compañeros han observado de cerca la evidencia genética humana. En concreto, han estudiado cómo se compartían varios segmentos de cromosomas humanos junto con información de ascendencia local y datos genéticos simulados por computadora. Los investigadores han concluido que la población asiática ancestral malgache estuvo aislada en la isla durante más de mil años con un tamaño de población efectivo de unos pocos cientos de individuos.
Su aislamiento terminó hace unos mil años cuando un pequeño grupo de africanos de habla bantú llegó a Madagascar. Posteriormente, la población continuó expandiéndose rápidamente durante generaciones. La creciente población humana provocó grandes cambios en el paisaje de Madagascar y la pérdida de todos los vertebrados de cuerpo grande que una vez vivieron allí, según sugiere el nuevo estudio.
Los hallazgos tienen implicaciones importantes que ahora pueden aplicarse a estudios de otras poblaciones humanas. Por ejemplo, muestra que es posible desentrañar la historia demográfica de poblaciones antiguas incluso mucho después de que dos o más grupos se hayan mezclado, mediante el uso de datos genéticos y simulaciones por computadora para probar la probabilidad de diferentes escenarios.
Asimismo, ofrecen nuevos conocimientos sobre cómo los cambios pasados en las poblaciones humanas llevaron a cambios en ecosistemas completos. "Nuestro estudio respalda la teoría de que no fue directamente la llegada de humanos a la isla lo que causó la desaparición de la megafauna, sino un cambio en el estilo de vida que provocó tanto una expansión de la población humana como una reducción de la biodiversidad en Madagascar", ha dicho Pierron.