Washington. Los científicos analizan desde hace años, y cada vez más seriamente, el efecto terapéutico de las sustancias sicodélicas, ilegales en Estados Unidos. Pero pese al renovado interés, falta realizar estudios a gran escala.
Los investigadores dieron esta semana un importante paso para llenar ese vacío.
El New England Journal of Medicine publicó el miércoles el mayor ensayo clínico realizado hasta el momento para evaluar el efecto de la silocibina, una sustancia sicoactiva que se encuentra naturalmente en los hongos alucinógenos.
Una sola dosis de 25 miligramos redujo los síntomas de depresión en personas en las que habían fallado varios tratamientos convencionales, reveló el nuevo estudio.
Se estima que 100 millones de personas en el mundo sufren de depresión resistente a los tratamientos. Algunos expertos ven a las sustancias sicodélicas como una posible forma de ayudarlos.
Los investigadores probaron una versión sintética de la silocibina desarrollada por la empresa británica emergente Compass Pathway, que también financió los ensayos.
Un total de 233 personas en 10 países participaron del estudio, durante el cual interrumpieron el tratamiento en curso, pero recibieron apoyo sicológico.
Fueron divididos en tres grupos, recibiendo al azar 1 miligramo, 10 miligramos o 25 miligramos del tratamiento.
Los participantes nunca estuvieron solos en las sesiones, que tuvieron una duración de entre seis y ocho horas en un cuarto especial.
Algunos describieron estar inmersos en "un estado de ensueño" que se podía recordar, dijo James Rucker, coautor del estudio, en una conferencia de prensa.
Un participante requirió un sedante durante la sesión debido a la ansiedad. Pero los efectos secundarios observados (dolores de cabeza, náuseas, ansiedad) fueron en general moderados y desaparecieron rápidamente.
Se necesitan más estudios
Tres semanas después, aquellos que recibieron 25 mg mostraron una mejora significativa en comparación con los que recibieron dosis menores, en una medida de referencia para la depresión. Un poco menos de 30 por ciento estaba en remisión.
"Es la evidencia más fuerte hasta ahora y sugiere que se justifican más ensayos aleatorios de sicodélicos, más amplios y prolongados", dijo Andrew McIntosh, profesor de siquiatría en la Universidad de Edimburgo.
Algún día "la silocibina podría proporcionar una alternativa potencial a los antidepresivos que se han recetado durante décadas", agregó McIntosh, quien no estuvo involucrado en el estudio.
Otro experto se mostró más cauto
"Todavía no sabemos lo suficiente sobre los potenciales efectos secundarios, en particular si algunas personas pueden experimentar un empeoramiento de algunos síntomas", dijo Anthony Cleare, profesor de sicofarmacología en Londres, que no participó en el estudio.
Los ensayos de fase 2 se diseñaron para determinar la dosis y confirmar la existencia de un efecto apropiado.
Los de fase 3, que involucran a más participantes, están programados para comenzar este año y terminar en 2025.
Compass Pathway ya está en contacto con la agencia de drogas y alimentos (FDA) de Estados Unidos y los reguladores europeos.
En los ensayos, tres participantes mostraron comportamiento suicida entre los que recibieron 25 mg, en comparación con ninguno de los otros grupos.
No obstante, ello ocurrió más de 28 días después del tratamiento, anotó Guy Goodwin, profesor de siquiatría en Oxford y director médico de Compass Pathways.
"Nuestra hipótesis es que las diferencias se dieron por casualidad... pero solo podemos resolver esto haciendo más experimentos", dijo.
La cuestión del impacto en el largo plazo también permanece abierta, pues cuando se hizo el seguimiento de los participantes a los tres meses, se había desvanecido. Podrían ser necesarias dosis repetidas y en ensayos futuros se probarán dos dosis, indicó Goodwin.
"Mayor flexibilidad"
La silocibina produce un aumento de la dopamina (que regula el estado de ánimo) y de otro neurotransmisor que puede promover la plasticidad cerebral, dijo Rucker.
"Cuando el cerebro tiene mayor flexibilidad, se abre lo que consideramos una ventana de oportunidad terapéutica, en la que, en el contexto... de la sicoterapia, es posible que sea capaz de provocar cambios positivos en la mente de la gente", dijo Rucker.
La silocibina, que no es adictiva, promueve "una mayor comunicación entre las regiones del cerebro", agregó Nadav Liam Modlin, también coautor del estudio.
Esta sustancia también se estudia para otras patologías, como el estrés postraumático, la anorexia, la ansiedad y las adicciones.
En 2020, el estado de Oregón votó a favor del uso terapéutico de la silocibina. También se han otorgado exenciones en Canadá.
Pero a nivel federal se la trata como una droga peligrosa, en la misma categoría que la heroína.