A diez meses del inicio del proceso electoral de 2024, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, alertó sobre la posibilidad de un recrudecimiento de la polarización e intolerancia tanto en redes sociales como en el ambiente público, así como una anticipación de los políticos en contienda, a veces inconstitucional.
Esta situación “no sólo no cede, sino que incluso es previsible que se acentúe conforme se acerquen esas elecciones”, señaló durante la 21 sesión del Observatorio de Participación Política de las Mujeres en México (OPPMM), donde pidió el apoyo del feminismo para defender la democracia, para mejorar lo actual y no reinventar todo el modelo. “ Hay que decirle no a las regresiones, no a las regresiones democráticas”, señaló.
Argumentó que México cuenta con un sistema electoral “referente a nivel internacional y con un prestigio reconocido globalmente por la calidad de sus elecciones, sin dudar a dudas nuestro sistema es mejorable, pero hay que decirlo claro, los fraudes electorales son cosa del pasado autoritario y en México la ciudadanía vota libremente y el INE, el Tribunal, los OPLES y los tribunales locales, somos garantes de que el voto se respete, se cuente bien y efectivamente, cuente”.
Córdova advirtió que “las fuerzas políticas han adelantado, a veces en el límite, a veces violando la Constitución y no lo dice el INE, lo ha dicho ya el Tribunal Electoral, los preparativos de cara a la contienda de ese año, la cual será, sin duda, la más grande disputada de las que hayamos vivido en democracia”.
En este contexto, añadió, se desarrolla la discusión sobre una eventual reforma electoral incluso de manera integral el modelo democrático, como lo plantean algunas propuestas.
Por tanto, en su opinión, las personas e instituciones vinculadas con el tema deben trabajar sobre tres desafíos: superar los obstáculos que ha presentado la renuente frontera municipal en materia de paridad, toda vez que persiste en 27 por ciento la representación efectiva de mujeres en ayuntamientos y municipios y es ahí donde se presentan más quejas en materia de violencia política de género en contra de las mujeres que han logrado obtener un cargo en ese nivel de gobierno.
El segundo gran desafío – añadió- es la expansiva y cada vez más compleja violencia política en contra de las mujeres por razones de género, al grado que mientras más mujeres acceden y participan en los asuntos públicos, mayor violencia política en contra de ellas se presenta y sus manifestaciones son cada vez más complejas y delicadas.
“Hoy este dato es fundamental porque avanzamos inexorablemente, como nación, día tras día, hacia la elección más grande de nuestra historia, en donde habrá miles de mujeres compitiendo por cargos públicos de todos los niveles y, en consecuencia, el riesgo de violencia política se hace más patente, incrementada por la, hay que subrayarlo, lamentable indolencia frente al fenómeno de la violencia política en contra de las mujeres de parte de muchas autoridades”, dijo.
Mencionó que aunque ya se cuenta con el sistema para el Registro de Personas Sancionadas por Violencia Política, el tema trasciende a las autoridades electorales y falta una auténtica política del Estado mexicano para combatir este fenómeno.
“Si el incremento de la violencia política constituye la dolorosa paradoja de la lucha por la paridad, si no aceleramos las acciones de coordinación institucional que ayuden a procesar y sancionar las quejas que sobre violencia se reciben, significa que cada día nos acercaremos más a las elecciones de 24 y que éstas podrían convertirse en las contiendas con mayores niveles de violencia en contra de las mujeres y eso es la agenda que nos debe ocupar para evitarlo”, señaló.
El tercer desafío - indicó- tiene que ver con la defensa de la democracia, lo cual “implica que la creatividad y combatividad del feminismo robustezca la defensa de la democracia”.
“La igualdad de derechos, la paridad en la competencia, y la paridad legislativa, ciertamente son ejes de la lucha feminista, pero forman parte de una lucha más grande que es la lucha por la democracia”.
Luego dijo que “ante los intentos por reinventar el sistema electoral y las intenciones regresivas que se respiran en el ambiente de las democracias actuales, me parece que es necesario que el movimiento feminista también incorpore en su agenda la defensa global más amplia de la democracia, la defensa de los logros que hemos conseguido para la equidad en la competencia y para garantizar el pluralismo político”.