Sakhir, Baréin. El papa Francisco habló contra la pena de muerte el jueves al inicio de un viaje a Baréin, donde la oposición musulmana chiíta acusa a la monarquía sunita de coordinar abusos contra los derechos humanos y donde las familias de los condenados a muerte han pedido ayuda al Santo Padre.
La visita del Sumo Pontífice, la segunda de un papa a la Península Arábiga, tiene como objetivo mejorar los lazos con el mundo islámico, pero lo coloca en medio de la división entre sunitas y chiitas en Baréin, que aplastó un levantamiento prodemocrático en 2011.
Refiriéndose a la Constitución de Baréin, Francisco dijo que los compromisos deben practicarse constantemente para que "la libertad religiosa sea completa", la igualdad de dignidad y de oportunidades "se reconozca concretamente a cada grupo", que no existan formas de discriminación y que los derechos humanos "no sean violados".
"Pienso, en primer lugar, en el derecho a la vida, en la necesidad de garantizar ese derecho siempre, también para los castigados, a los que no se les debe quitar la vida", añadió.
El Santo Padre habló en el Palacio de Sakhir junto al rey Hamad bin Isa Al Khalifa. Desde el escenario, el Papa, de 85 años, fue llevado en una silla de ruedas hasta la entrada del patio con el rey caminando a su lado. Francisco se levantó y ambos se abrazaron antes de que el pontífice subiera a un Fiat 500 blanco con matrícula del Vaticano.
En su discurso, el rey Hamad dijo que su país protegía la libertad de todos los credos para "realizar sus rituales y establecer sus lugares de culto". Baréin, dijo, rechaza la discriminación religiosa y condena "la violencia y la incitación" en virtud de una declaración emitida por el Estado hace varios años.
La visita del Papa ha llamado la atención sobre la tensión entre el gobierno liderado por los sunitas y la comunidad chiíta, que protagonizó un levantamiento prodemocrático durante la "Primavera Árabe" de 2011, que Baréin sofocó con la ayuda de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Baréin ha encarcelado a miles de manifestantes, periodistas y activistas -algunos en juicios masivos- desde el levantamiento y ha reprimido los disturbios y la disidencia esporádicos posteriores
Las familias de los condenados a muerte en Baréin pidieron al Papa, de origen argentino, que se pronuncie contra la pena capital y defienda a los presos políticos durante su viaje.
Bahréin rechaza las críticas de Naciones Unidas y de otros organismos sobre la celebración de juicios y las condiciones de detención. Dice que procesa de acuerdo con el derecho internacional y que su sistema legal y judicial sigue siendo reformado.