Roma. Varias ex gimnastas italianas denunciaron presiones sicológicas y "humillaciones" cuando competían con la selección nacional, en concreto sobre su peso y alimentación, lo que ha provocado un llamamiento a una "revolución cultural" dentro de la Federación.
Tres ex campeonas de gimnasia ritmica relataron su sufrimiento bajo el sistema federal, testimonios publicados desde el lunes en el diario La Repubblica.
La primera, Nina Corradini, de 19 años, denunció "violencia y humillaciones para no hacernos comer". La deportista acabó por dejar el equipo el año pasado.
"Pasé cada minuto de los meses anteriores deseando poder escapar de allí. Ahora quiero informar y proteger a los jóvenes más pequeños, todos necesitan saber la verdad", señaló Corradini.
La gimnasta recibió el apoyo de Anna Basta, de 21 años, bicampeona del mundo, que dejó de competir desde 2020 y ha pensado dos veces en suicidarse, contó.
En cuanto a Giulia Galtarossa, de 31 años, dos veces campeona del mundo también, en 2009 y 2010, indicó que había informado a sus entrenadores de su malestar, pero "todos minimizaron el problema" apuntó.
"Me hicieron sentir culpable insistiendo en que la Federación había invertido en mí (...) Durante mucho tiempo pensé que era mi culpa y que yo era realmente gorda y fea. Mi única culpa fue quedarme callada hasta hoy", declaró Galtarossa a La Repubblica.
Ante el revuelo causado por estos testimonios, el ministro de Juventud y Deportes, Andrea Abodi, convocó este miércoles al presidente del Comité Olímpico Italiano (Coni), Giovanni Malago y al presidente de la Federación de Gimnasia, Gherardo Tecchi.
"Las medallas son un factor de orgullo nacional, pero una medalla nunca cubrirá un comportamiento inapropiado", subrayó el ministro, citado por las agencias italianas.
"Nuestro deporte es practicado por gente muy joven, la mayoría son menores de 18 años. Debemos prestar especial atención", afirmó Tecchi, asegurando que "el asunto será examinado detenidamente por las autoridades competentes".