Boadilla, España. “El enemigo uno, dos y tres es la inflación” en Latinoamérica y en el mundo, mismo que atraviesa una normalización, pues se pasó de una crisis sanitaria a una económica y ahora a una energética, apuntó Ana Botín, presidenta de Santander.
Afirmó que si bien las políticas monetarias que los bancos centrales han ejecutado recientemente dejan “consecuencias” y no son “gratis, el precio a pagar es peor si no pagamos antes” y las personas más vulnerables son las que más sufrirán.
En una conferencia de prensa, realizada en el marco del XIX Encuentro Santander América Latina, que se realiza en España, Botín planteó que la región saldrá reforzada de la crisis y aunque “no hay que infravalorar los tiempos que vienen” ahora se está más preparado para enfrontar el próximo año.
También externó que a nivel mundial se vivirá una desaceleración no vista en décadas, motivo por el que el crecimiento económico y la normalización de la actividad es lo que más preocupa al sistema financiero.
Botín también detalló que los países de Latinoamérica deben continuar con políticas fiscales que aminoren los problemas inflacionarios y también se debe entender que el sistema bancario no es quien incrementa las tasas de interés, sino los bancos centrales, y eso ayuda a bajar o subir la oferta y la demanda de crédito.
En este sentido, precisó Botín, es elemental que haya crecimiento económico en la región, pues se anticipa que en 2023 el mundo desacelerará de 3 a 6 por ciento; el problema es que sin crecimiento “no hay políticas sociales… no hay inversión, no hay salud”.
Ana Botín enfatizó que los bancos centrales cuentan con “un papel estrecho para caminar”, pero las decisiones que han tomado en Latinoamérica son elementales para contener la inflación, y es mejor “ir antes que después, hay que hacerlo… las políticas fiscales son adecuadas y es importante que el sector financiero pueda ver que hay futuro y una oportunidad única de invertir”.