El bloque estudiantil inter-politécnico del IPN señaló que “la simulación del trabajo y del diálogo nunca han funcionado, necesitamos resultados o de lo contrario seguiremos organizados dentro de los métodos históricos de la comunidad politécnica”.

Hizo un llamado a la destitución de funcionarios del IPN con historiales negativos y a encontrar soluciones a los problemas de esta casa de estudios con gente con voluntad de mejorar las escuelas, disposición de escuchar y hacer caso a las comunidades estudiantiles, docentes y de personal de apoyo.

En un comunicado divulgado previo a la marcha de este lunes de la llamada Plaza Roja en Zacatenco a la dirección general del instituto, para entregar al director Arturo Reyes Sandoval el plan de trabajo que elaboraron ante la respuesta oficial del 14 de septiembre al pliego petitorio que presentaron. Con esto buscan acelerar las resoluciones en beneficio de toda la comunidad, señalaron.

Recordaron que el 15 de agosto la gran mayoría de los estudiantes del IPN regresaron a clases presenciales después de cuatro semestres de modalidad virtual o híbrida a causa de la pandemia de covid-19.

“Las problemáticas estudiantiles se reavivaron con este regreso y no era para menos, ya que para algunos fue encontrarnos con un instituto aún más dañado en lo que estaba hace dos años y para otros fue encontrarse con la realidad académica que las clases en línea ocultaban. Es por esto que durante estos meses más de 20 escuelas hemos alzado la voz contra la injusticia, la corrupción y la mejora de la enseñanza por el desarrollo académico”, indicaron.

Agregaron que “ante las respuestas vacías, evasivas e incongruentes de las autoridades locales las comunidades decidieron iniciar paros estudiantiles con el único fin de cumplir las demandas de nuestros pliegos petitorios. Al darnos cuenta que nuestras problemáticas coincidían decidimos reunirnos y organizarnos de forma general, teniendo reuniones inter- politécnicas, para conocer cada contexto en las escuelas y poder accionar en conjunto”.

Así fue que se planteó un pliego petitorio general que abarcaba todos los puntos en coincidencia de las exigencias estudiantiles, mismo que se entregó a la dirección general el 13 de septiembre. El 14 de septiembre la dirección general emitió una respuesta ante el pliego, “que si bien no negó ningún punto, faltaba construcción en él cómo se llevarían a cabo ciertas acciones de manera específica”.

Ante ello en asambleas determinaron generar un plan de trabajo y una contrapropuesta al director general del IPN. “El objetivo de este plan de trabajo es atender los ejes que se consideran prioritarios, ya que al repetirse las problemas en todas las escuelas se puede concluir que las dolencias del IPN responden a una problemática estructural”.

Precisaron que las exigencias de la comunidad politécnica son claras y contundentes, se pide transparencia en el uso de los recursos, además de poder participar en la forma en que se destinan para la mejora de las aulas, áreas comunes y laboratorios, “con el fin de dignificar nuestra estancia en el IPN”.

Agregaron que “los estudiantes necesitamos saber cómo se está utilizando el recurso que se le asigna a cada escuela para poder concluir el por qué es tan deplorable nuestra situación”.

El tema de la violencia de género “ha sido atendido de manera pobre y con poco interés de acercar a las víctimas a una verdadera justicia. Desde autoridades que niegan la existencia de esta situación, hasta cúpulas sindicales que encubren a docentes y administrativos, agresores y violadores, junto con un órgano interno de control que te inunda en trámites burocráticos y una defensoría de derechos politécnicos que tiene limitadas sus funciones, y por lo tanto condenan a las víctimas a un proceso largo, mal planteado y revictimizante”.

Advirtieron que quienes ocupan los cargos más importantes para la correcta gestión administrativa, académica y política del Instituto son “personas indeseables, con historiales negativos en esos temas, y que sabemos no se preocupan ni se preocuparan jamás por el bienestar de los estudiantes, y ya quedó demostrado con los resultados de las mesas de trabajo con varias escuelas en paro y con la no voluntad de trabajar en aquellas que ya entregaron instalaciones”.

“No queremos regresar a un escenario represivo que ya se está presentando en algunas escuelas, llegando a amenazar y hasta golpear a alumnos, personal de apoyo, docentes y hasta padres de familia repitiendo los escenarios donde la autoridad sólo se compromete y no hace nada”.

Por ello, dijeron, exigimos la renuncia de Javier Tapia Santoyo, secretario administrativo, Mauricio Igor Jasso Zaranda, encargado del despacho de la Secretaría administrativa; y Margarito Hernández Mendoza, coordinador de prevención y seguridad, “es inaceptable que personas así ocupen cargos tan importantes, mucho menos que interrumpan el desarrollo de la vida académica”.