Berlín. La economía alemana, la mayor en Europa, creció 0.3 por ciento en el tercer trimestre, respecto al periodo previo, un resultado inesperadamente positivo, pero el panorama para la mayor economía de Europa sigue sombrío con una inflación que sigue rompiendo récord.
En octubre la inflación llegó a 10.4 por ciento, un máximo histórico desde que hay registros en la Alemania reunificada, es decir, desde 1951, debido a los altos precios de la energía y los alimentos, informó la oficina de estadísticas Destatis. El mes previo la inflación fue de 10 por ciento.
Esta subida de los precios está generada principalmente por el alza de la energía, que registró un aumento de 43 por ciento, y de los productos alimentarios, con un incremento de 20.3 por ciento.
El producto interno bruto creció 0.3 por ciento en el periodo julio-septiembre comparado con el trimestre previo, dijo la Oficina Federal de Estadísticas. Ese incremento siguió a un leve avance de 0.1 por ciento en el segundo trimestre.
“La economía alemana consiguió sostenerse pese a las difíciles condiciones de la economía global, con la continuación de la pandemia de covid-19, interrupciones de la cadena de suministros, aumentos de precios y la guerra en Ucrania”, dijo la oficina.
El gobierno dijo este mes que se pensaba que el PIB se había contraído en el tercer trimestre y se preveía que declinara de nuevo en los últimos tres meses del año y los tres primeros del 2023, antes de comenzar a recuperarse. Dos trimestres consecutivos de contracción constituyen una definición técnica de recesión.
Sin embargo, los economistas advirtieron que los datos del viernes solamente implican un respiro momentáneo y que se avecina una recesión, ya que la invasión rusa de Ucrania ha comportado un alza de los precios de los alimentos y de la energía.
El martes, un sondeo mostró que la confianza de los negocios alemanes sigue en su nivel más bajo en más de dos años, pues las preocupaciones sobre los combustibles alimentan expectativas de un invierno difícil.
“Los datos positivos del crecimiento de hoy son una sorpresa que es bienvenida. Sin embargo no implica que la economía alemana sea capaz de evitar una recesión”, comentó el economista de ING Carsten Brzeski. “La recesión fue aplazada, no se cancela”, explicó.