Washington. Estados Unidos considera que sus armas nucleares están destinadas a disuadir "todas las formas de ataque estratégico", incluidos los que involucran armas convencionales, advirtió el Pentágono en su nueva estrategia nuclear publicada este jueves.
"Esto incluye el empleo nuclear a cualquier escala, e incluye ataques de alto impacto de naturaleza estratégica que utilizan medios no nucleares", declaró un funcionario de defensa a los periodistas.
Añadió que este nuevo enfoque pretende "complicar la toma de decisiones" del adversario, en momentos en que Rusia acusa a Ucrania de prepararse para utilizar una bomba "sucia".
"Rusia llevó a cabo su agresión contra Ucrania bajo amenaza nuclear, con declaraciones irresponsables, ejercicios nucleares en fechas irregulares y mentiras sobre el potencial uso de armas de destrucción masiva", especifica el documento, difundido por primera vez junto a la nueva estrategia de defensa estadounidense.
En un momento en el que Estados Unidos prevé que Corea del Norte lleve a cabo una prueba nuclear, el Pentágono advierte que un ataque atómico por parte de este país significaría "el fin del régimen" de Kim Jong Un.
"Cualquier ataque nuclear de Corea del Norte contra Estados Unidos o sus aliados y socios es inaceptable y conduciría al fin de ese régimen. No hay escenario en el que el régimen de Kim pueda emplear armas nucleares y sobrevivir", advierte el ministerio de Defensa estadounidense en ese documento.
China se esfuerza por ampliar, modernizar y diversificar sus fuerzas nucleares, subraya el ministerio de Defensa estadounidense, que especifica que Pekín "probablemente quiera poseer al menos mil ojivas nucleares para finales de la década".
Pero "Rusia es el principal rival de Estados Unidos con las fuerzas nucleares más diversas", precisa el documento.
Rusia tiene mil 550 ojivas nucleares desplegadas y 2mil sin desplegar.
"Su moderno arsenal nuclear, que se espera que crezca, representa una amenaza existencial a largo plazo para Estados Unidos y nuestros aliados y socios", agregó el departamento de Defensa, que hace hincapié en que "en la década de 2030, Estados Unidos se verá, por por primera vez en su historia, confrontado a dos grandes potencias nucleares (que serán) rivales estratégicas y adversarios potenciales".