Ciudad de México. A cuatro años de que fueron elegidos los primeros concejales en la Ciudad de México, el especialista en ciencia política Khemvirg Puente afirmó que su objetivo constitucional se ha desvirtuado porque no han logrado ser un contrapeso a las decisiones de los alcaldes; al contrario, son un trampolín para acceder a nuevos cargos públicos a costa del erario. Son 160 concejales con salarios que en conjunto suman 67.6 millones de pesos brutos anuales.
Si bien la figura de concejal se creó para equilibrar las decisiones tomadas por el alcalde, en ninguna demarcación es así, ya que en todas la mayoría del Concejo pertenece al mismo partido político que el titular.
Además, ocupan su puesto para promoverse entre la ciudadanía, tal es el caso del concejal del Partido del Trabajo (PT) en Iztapalapa, Orlando Reyes, quien como si fuera diputado mantiene una casa de enlace ciudadano
sin que la ley lo establezca como obligación.
Con su sueldo mensual neto de 28 mil 982 pesos, Reyes mantiene la operación del inmueble ubicado en la colonia Leyes de Reforma, donde realiza gestiones y ofrece asesorías jurídicas a la gente, confirmó el secretario técnico del Concejo mediante una solicitud de información.
El funcionario también mantiene una carpa itinerante de servicios que se instala en diversas colonias, donde vende el kilo de tortillas a 15 pesos, ofrece asesoría en cámaras de seguridad, examen de la vista gratuito, lentes, abasto de frutas, verduras y abarrotes a bajo costo.
La operación de la casa de enlace ciudadano empezó en 2019, cuando fue inaugurada junto con la alcaldesa Clara Brugada.
Khemvirg Puente, doctor en ciencia política y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, consideró a los concejales una especie de diputaditos
, cuyo puesto y salario es aprovechado por los partidos políticos para entrenarlos
y lanzarlos a la batalla electoral para sumar votos.
Realmente, lo que se hace es dar a los partidos políticos un mayor número de plazas para colocar a sus cuadros políticos, que sirven básicamente para hacer trabajo electoral y no necesariamente trabajo vinculado al desarrollo de las alcaldías. Con esto no digo que no sirven para nada, sino que su interés principal no está en acercarse a la ciudadanía, sino fungir como gestor del partido político al que pertenecen, y su objetivo es rendir cuentas a su partido y no a la ciudadanía.
En 2021 cuatro concejalas pasaron a ser diputadas en el Congreso capitalino –dos de Morena y dos de Acción Nacional–, ellas son Nancy Núñez, Alicia Medina –que llegó al Legislativo como suplente de Isabela Rosales, quien solicitó licencia a su cargo–, Daniela Álvarez y Ana Villagrán.
De acuerdo con el testimonio de un concejal que prefirió el anonimato, su única obligación es sesionar una vez al mes, es decir, si se quieren ir el resto del mes a la playa, fuera del país, lo pueden hacer
. Entre sus facultades se encuentra emitir puntos de acuerdo para solicitar alguna acción, como poda o desazolve, pero son llamados a misa
porque no tienen consecuencias, incluso reveló que en algunas colonias ni nos conocen
.