Zacatecas, Zac. En repudio a la muerte del joven preparatoriano Jorge Iván Ávila Correa, a causa de las lesiones graves y secuelas que le dejó una golpiza que le propinaron el pasado 2 de julio siete muchachos, unos 200 alumnos del bachillerato de la Universidad Autónoma de Zacatecas, así como amigos de la víctima marcharon por el centro histórico de esta ciudad.
En la plaza de armas, justo frente al palacio de gobierno, exigieron justicia y que no se dé carpetazo a la denuncia penal interpuesta. A más de tres meses de la agresión, la fiscalía estatal no ha informado si hay avances en la investigación.
A Jorge lo mató el hijo de un cabrón
; ¿qué queremos? ¡Justicia!
, fueron algunas de las consignas que gritaron los universitarios.
Un amigo de Jorge Iván narró a los medios de comunicación, con la condición del anonimato y de que no le tomaran fotografías, qué sucedió la madrugada del viernes 2 de julio.
Relató que la agresión ocurrió fuera del bar Caviar Izquierda, frente a un centro comercial situado a un costado de la avenida Francisco García Salinas, en la zona conurbada de las ciudades de Zacatecas y Guadalupe.
En una primera riña, Jorge Iván y tres de sus amigos fueron agredidos a golpes fuera del antro, supuestamente por defender a unas muchachas a quienes los golpeadores les estaban gritando cosas
. Después se suscitó una segunda agresión sólo contra el estudiante.
Jorge les dijo que le bajaran contra las muchachas, y entre unos 10 canijos lo bañaron, lo golpearon. De hecho hay videos, yo tengo videos y fotos donde se ve cómo lo patean, en la columna, en la cara, la cabeza, lo levantan y en la boca, o sea, fueron cobardes.
El amigo de Jorge Iván recordó que eran alrededor de las 2:30 de la madrugada cuando “recibí una llamada de uno de nuestro clan, de nuestro grupo de amigos, donde me dicen: ‘Acaban de golpear a Jorge, vente a apoyar’”.
En pocos minutos llegó al sitio, “y me encuentro a mi amigo ensangrentado. Lo subo al carro y me dicen que ahí iba (pasando) la camioneta de los sujetos que lo golpearon. Estaban coludidos con policías estatales. Los traían de guaruras, porque a la hora que yo meto reversa para perseguirlos, se me atraviesa una patrulla y a mí me bajan los agentes a punta de cuete, con una ametralladora en la mano, y se lo querían llevar, a Jorge, a mi amigo. Decían que ellos lo llevarían al hospital”.
Señaló que él se negó a que lo trasladaran porque era muy probable que lo desaparecieran. Entonces lo subí al carro y (los policías estatales) salieron en persecución detrás de mí, pero mi hermano me alcanzó a interceptar, junto con amigos en otros cuatro vehículos
.
Todos bajaron y cuando los agentes “vieron que ya había muchos testigos, me dijeron: ‘Llévalo al hospital, tu amigo se ve muy mal’”.
Recordó que en el trayecto al nosocomio, “Jorge iba hablando, iba bien aparentemente, pero en shock. Llegando al hospital, debido a la lesión, comienza a convulsionar; en menos de 40 minutos tuvo ocho convulsiones. Dejó de respirar cinco segundos en cada una. Los médicos sugirieron inducir un coma; entonces duró en coma tres días, entubado y con respirador”.
Una semana después, el preparatoriano fue dado de alta. Salió del hospital hablando, pero luego empezó a complicarse de sus pulmones. Le hicieron una traqueotomía y le pusieron una cánula para respirar. Con las secuelas por las lesiones graves vivió más de tres meses, con problemas porque no podía hablar y respiraba por el tubo
.
Finalmente, el pasado viernes 14 de octubre, Jorge Iván tuvo una nueva crisis en el hospital privado San Agustín porque la cánula del cuello se le tapó por una flema; se empezó a ahogar porque tenía además muchos coágulos de sangre y sufrió un paro cardiaco
.
El amigo de Jorge Iván y otros jóvenes presentes en la marcha aseguraron que la familia está amenazada de muerte
para que no den información ni entrevistas a los medios de comunicación.