Querétaro, Qro. En el Centro de la Ciudad de Querétaro, el equipo que conforma la organización de la Carrera Panamericana montó el arco de meta para que previo a la llegada de los pilotos, la fanaticada se diera cita con mucha antelación para disfrutar del arribo de los autos con ese particular estruendo que producen sus poderosos motores.
Antes de la llegada, los autos corrieron los 12 tramos correspondientes, sin embargo, uno de ellos es especialmente icónico para la etapa; se trata del llamado El Sacacorchos, por la trayectoria del trazado, que sin duda alguna tiene la forma de esta útil herramienta vinícola.
En El Sacacorchos, todos los pilotos libraron el trayecto sin mayores complicaciones, solamente se vio un contacto leve del Datsun 510 ‘72, al mando de Bernardo Montaño y Alfonso Rodríguez, que libraron sin daños el incidente.
Con pilotos y navegantes agotados pero animosos de seguir recorriendo las carreteras del país, llegaron acalorados a la meta, para recibir la ovación de los habitantes de la ciudad, así como de la organización que previamente fue testigo del protocolo que comprende honores a la bandera y la entonación del Himno Nacional Mexicano, acompañados de la Banda de Guerra del Ejército Nacional Mexicano.
Parte de la ceremonia, fue la entrega por parte de Fundación Telmex, de 30 sillas de ruedas para personas con difícil acceso a este tipo de recursos que les facilitan la movilidad y que viven alguna condición de esta naturaleza.
Las primeras tres posiciones del día en la categoría principal de La Pana, fueron ocupadas por:
No. 1 Emilio Velázquez / Jaime del Palacio (Studebaker Champion 1953)
No. 2 Ricardo Cordero / Marco Hernández (Studebaker Champion 1953)
No. 3 Hilaire Damiron / Laura Damiron (Studebaker Commander 1954)
Por la noche se llevó a cabo una cena con pilotos e invitados especiales convocando a medios de comunicación para el podio de triunfadores, donde entregaron trofeos y medallas a las primeras posiciones de cada categoría, de acuerdo a los tiempos cronometrados en las primeras tres etapas; Veracruz - Oaxaca - Ciudad de México - Querétaro.
Al tiempo que esto ocurría, los mecánicos de cada equipo trabajaban a marchas forzadas, en algunos casos toda la noche, para dejar con la puesta a punto ideal a los autos, mientras otros cuantos, se concentraron en reparar desperfectos por algún contacto en el trayecto, o cualquier asunto mecánico, con el objetivo de tener listos los autos para la salida con rumbo a Morelia.