Ciudad de México. Escuchar la música de Ralph Vaughan Williams (1872-1958) equivale a oír Inglaterra misma, expresa José María Álvarez, curador y organizador del ciclo de tres conciertos El canto de Albión, con motivo del 150 aniversario natal del compositor británico –cumplido el pasado 12 de octubre-- , que se realizarán en el Auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes. El ciclo se presenta a partir del 20 de octubre, en colaboración con la Sociedad de Música de Cámara de México.
“Hay otros nombres bien conocidos como el de Edward Elgar y Benjamín Britten, que son glorias de la música de ese país. Sin embargo, Vaughan Williams es el compositor más sincero que nos presenta esta nación en sonido, desde el campo, la vida cotidiana, aunque también aquella en las grandes ciudades. Le gustaba mucho Londres, pasear por sus calles, oír el ruido de los años 20 del siglo pasado. Todo esto se refleja en su música que es accesible al oído y no tiene grandes atrevimientos. Es una obra que nos habla directamente a los sentidos, seamos ingleses o no”, asegura el entrevistado.
La idea que anima El canto de Albión es que el público en general empiece a conocer “un poco más de este compositor, más allá de sus sinfonías como la ‘antártica’ o la de Londres, y que disfrute de su lenguaje musical”, apunta Álvarez. Es decir, acercarse al compositor desde su lado más íntimo, no obstante que alguna vez el propio Vaughan Williams dijo que no era muy bueno escribiendo música de cámara.
Por otro lado, el ciclo se contrapone a un interés “especialmente de los instrumentistas, los organizadores de conciertos y del público mismo, en obras de gran formato que venden boletos. Aquí queremos ofrecer música novedosa para muchos oídos, que también nos regresa a los orígenes, a la música de cámara. Además, que los estudiantes ven que hay un gran mercado en la interpretación de la música de cámara y que no necesariamente tiene que ser los nombres que todos conocemos”, señala Álvarez.
El ciclo se abre, el jueves 20, con un primer concierto con obras escritas para orquesta de cuerdas que incluye sus piezas “más emblemáticas” para esta dotación: Fantasía sobre Greeensleves –basada en la popular canción inglesa--. Concierto para oboe y cuerdas en la menor, Concerto Grosso –primera audición en México-- y Fantasía sobre un tema de Thomas Tallis. Estará a cargo del Ensamble Tempus Fugit, dirigido por Christian Gohmer, con la participación del joven oboísta Rolando Cantú.
El segundo programa, el día 27, comprende dos ciclos de voz, uno de ellos para soprano y oboe; se trata de 10 canciones sobre textos de William Blake. Sigue el ciclo Canciones de viaje, para barítono y piano, con la participación de Antonio Azpiri y Óscar Espinoza, respectivamente. También se incluyen Seis estudios sobre Canciones folclóricas inglesas y Cuarteto para cuerdas núm. 1 en sol menor. Todas, menos Canciones de viaje, se interpretan por vez primera en México.
La última presentación, el 3 de noviembre, es “muy variado”, ya que empieza con Suite de ballet para flauta y piano, luego, Quinteto fantasía para dos violines, dos violas y un violonchelo, a cargo del Cuarteto Chroma, de Jalapa. En la segunda parte del programa figuran El lago en las montañas para piano, interpretado por Fabrizzio Vargas, Sonata para violín y piano en la menor y On Wenlock Edge, para tenor, cuarteto y piano. Todas son estrenos en México, menos On Wnlock Edge.
Vaughan Williams fue alumno de Maurice Ravel en París. El compositor francés decía que era el único alumno que “no escribía como Ravel”. El primer gran éxito del inglés fue Sinfonía del mar (1910). Después, estalló la Primera Guerra Mundial y el homenajeado se alistó en el ejército; fue camillero. Un estallido lo dejó mal de un oído y tuvo que utilizar un auricular. Eso no le impidió seguir componiendo. También escribió música para cine.
Todos los conciertos de Vaughan Williams: El canto de Albión, tendrán lugar a las 20:00 horas en el Auditorio Blas Galindo, del Centro Nacional de las Artes, avenida Río Churubusco 79, colonia Country Club.