Acostumbrados a dormir donde les agarra la noche y a comer cuando les va bien, personas sin vivienda participan por primera vez en las brigadas que harán labores de limpieza, pintura y desyerbe de jardineras en vecindades, unidades habitacionales y calles del Centro Histórico bajo el esquema de empleos temporales que les ofrece el Gobierno de la Ciudad de México en búsqueda de su inserción social.
Para la mayoría, se trata de su primera experiencia laboral con pago fijo, pues regularmente obtienen sus ingresos de limpiar parabrisas, vender dulces en los semáforos, chácharas y libros viejos en la vía pública, pero hay hasta un periodista retirado y un aprendiz de abogado, que sin más herramientas que sus manos llegan entusiastas a los distintos predios a los que son asignados.
Somos unos vagos, pero ha cambiado cómo nos ve la gente. Y más si traemos chalecos del gobierno, ni la policía nos molesta. Nos ha servido mucho, no sólo económicamente. Nos dan un cheque mensual de 5 mil 200 pesos. Yo juego frontón y ahí hasta puedo ganar más dinero, pero me gusta venir a trabajar y yo creo que a todos
, expresó Israel Medina, de 40 años, quien desde pequeño ha sobrevivido en la calle.
Los integrantes han superado sus diferencias y trabajan con armonía; en un par de horas culminan la limpieza en su lugar de asignación. Foto Pablo Ramos
Agrega que los días de cobro son una fiesta, pero sobre todo nos ayuda a nuestra estima. La calle es para profesionales, comes cuando tienes y, si no, a pedir limosna, pero aquí varios se empezaron a bañar. Andaban una chavitas bien mal y ahora traen hasta pestañitas
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En su caso, comenta que dormía en la calle o en hoteles de 170 pesos la noche, pero ahora, con su pareja embarazada, ya puede rentar un cuarto en Jesús Carranza, en Tepito.
Lo mismo sucede con Rita María Argüelles, quien vendía dulces en los semáforos. Dormía donde podía, pero desde hace dos meses tengo un cuarto con una amiga. Qué bueno que están haciendo esto, para que vea la gente que no somos malas personas. Con esto ya tengo algo fijo para comer
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A Irma García el empleo le da la oportunidad de comprar unos tenis blancos a su hija, que va en secundaria. Ella no está en situación de calle, pero pertenece a la comunidad mazahua que sobrevive del comercio informal. Yo estoy contenta aquí, porque en la calle toreas, te quitan la mercancía y pierdes todo
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En la unidad habitacional que se despliega detrás del estrecho portón en el 47 de República de Chile, sólo un par de horas le toma a la brigada barrer los pasillos, sacar la basura acumulada y arrancar la yerba de las jardineras.
Foto Pablo Ramos
José Guadalupe, quien ha trabajado por periodos en el área de limpieza del Metro, asegura que todos son bien chambeadores. A veces uno sólo quiere una oportunidad y me siento bien contento de trabajar para el gobierno. Yo le digo a los compañeros: no hay que aflojar, para que las autoridades vean que le estamos echando ganas y no quiten el programa
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Marco Antonio Isla, coordinador de la brigada que promovió la Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo, detalló que a partir de una manta que se colocó en Garibaldi se comenzó a reclutar a los interesados. Juntamos a 127 personas, algunas no se presentaron después y nos quedamos con 53, pero se sumaron otras y ahora somos 71, que concluirán su contrato en diciembre
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El principio fue difícil, por las dinámicas que desarrollan al vivir en la calle. Veíamos peleas, pero ahorita se ha armado una familia. Hay quienes nos preguntan que de aquí qué más sigue. La idea es no soltarlos, sino capacitarlos según sus habilidades para incorporarlos a un empleo formal
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Hace tres meses empezaron a trabajar en un callejón de Garibaldi, pero ya han visitado 40 predios en las colonias Centro, Guerrero, Tepito y hasta en La Candelaria.