Nezahualcóyotl, Méx. La incertidumbre continúa en la calle Malagueña, lugar donde anoche fueron rescatados un centenar de perros, que presuntamente eran alimentados para después sacrificarlos para venta a taqueros.
La esquina de Malagueña y Cama de Piedra semeja una zona turística, pues automovilistas y vecinos, se detienen frente al número 54, se toman fotos y selfies con paisaje de fondo la casa asegurada y con sellos de clausura.
La tarde noche de ayer, personal de la Fiscalía General de Justicia del estado de México (FGJEM) encabezaron el operativo para rescatar a las mascotas.
Los vecinos describen a Bartolomé, “Bartolo” o “El Tolo” como un hombre de baja estatura de tez blanca y quien siempre vestía botas de hule hasta las rodillas.
Refieren que “El Tolo” tenía problemas de alcoholismo, y en uno de los locales de su vivienda permitía que pernoctaran los integrantes del llamado Escuadrón de la Muerte, como se le denomina a un grupo de personas en situación de calle y con problemas de alcoholismo, que convivían en la colonia Benito Juárez de esta demarcación.
“Él, pasaba en bicicleta con bolsas de tripas” las cuales recolectaba en las pollerías, revelaron vecinos, que agregaron que desde hace una década, era recurrente el olor fétido en la zona.
La propiedad tiene acceso tanto por la calle La Malagueña como por la calle Cama de Piedra.
Los vecinos dijeron no explicarse cómo “El Tolo” obtenía dinero para comprar tantos desperdicios con los que alimentaba a los canes que recogía de la calle.
“El Tolo”, cuentan los entrevistados, vivía en condiciones de miseria y tenía en el hacinamiento a su hermana y su madre, esta última propietaria del inmueble.
Lo cierto, narran, es que El Tolo siempre tenía el apoyo de “El Bony”, “El Flakaman”, “El Beto” y “El Enrique”, entre otras personas quienes todas las tardes salían a buscar vísceras en los mercados de la zona, para alimentar a los perros.
Diario hacían entre uno o dos viajes en búsqueda de vísceras, las cuales recolectaban en botes de 20 litros y costales, los cuales transportaban en un triciclo.
“En varias ocasiones las patrullas llegaron, la última ocasión fue cuando alrededor de seis perros agredieron a una vecina”, pero los uniformados, nunca ingresaron a la vivienda, aseguró una persona.
Los habitantes entrevistados coinciden cuando se quejan del insoportable olor que expide la vivienda, así como de la agresividad de los perros.
Sin embargo, nadie se atreve a asegurar que “El Tolo” o “Bartolo” se dedicaba a engordar a las mascotas para sacrificarlas y después vender la carne a taqueros.
La FGJEM, aseguró la vivienda y colocó sellos de clausura bajo el expediente TUA/FFA/FRT/010/296470/22/10
Mientras tanto, la Procuraduría de Protección al Ambiente colocó sellos de clausura en tres locales: el primero que era de reciclaje de fierro viejo, el segundo que nunca abrió la cortina y el tercero donde se refugiaban los integrantes del llamado Escuadrón de la Muerte.
Ahora, serán los peritajes que realiza la FGJEM, los que determinaran si las manchas hemáticas corresponden a los desperdicios con los cuales “El Tolo” alimentaba a los perros o corresponde a los canes, como algunos medios de comunicación lo aseguran.