Nueva York. Proclamando que ésta es una “década decisiva”, la Estrategia de Seguridad Nacional del gobierno de Joe Biden insiste en que Estados Unidos se mantendrá como “líder” mundial, identifica a China como su principal retador en el concurso geopolítico mundial, propone controlar a una Rusia “peligrosa”, afirma que América Latina es la región que “más impacta directamente” a Estados Unidos, y -por primera vez en estos documentos- aborda como asunto clave de seguridad nacional la amenaza interna al sistema democrático estadunidense.
La Estrategia de Seguridad Nacional presentada este miércoles, documento que toda nueva presidencia debe presentar por la ley, insiste en que “Estados Unidos continuará liderando con fuerza y propósito”. Biden escribe que “la necesidad del liderazgo estadunidense es más grande que nunca”, y reitera su mensaje básico de que la coyuntura tanto doméstica como internacional se define por la batalla entre “la democracia y la autocracia”.
La Casa Blanca resumió la estrategia como una que busca “avanzar nuestros intereses vitales y buscar un mundo libre, próspero y seguro” empleando “todos los elementos de nuestro poder nacional”.
El asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan, al comentar el documento con periodistas, subrayó que “necesitamos establecer las reglas del camino para el siglo 21” en varios rubros desde tecnología a inversión para que “el orden internacional continúe reflejando nuestros valores y nuestros intereses”.
Como parte de ello, agregó, las alianzas internacionales -OTAN, en el Pacífico y más- están al centro de esta estrategia, afirmando que el Grupo de los 7 ahora “revitalizado” ha retornado a ser “un tipo de comité directivo para el mundo libre sobre temas críticos”.
La óptica de la visión de seguridad combina la “competencia estratégica” sobre todo con China al cual califica como “el único competidor tanto con la intención, y recientemente, la capacidad para remodelar el orden intencional”, contener a “una Rusia peligrosa”, y, al mismo tiempo, abordar los “desafíos compartidos” trasnacionales -como el cambio climático, control de pandemias , seguridad alimenticia o inflación- de una manera cooperativa con otros.
Las Américas
En torno a las Américas, la estrategia afirma que “ninguna región impacta más directamente a Estados Unidos que el hemisferio occidental”, aunque el capítulo dedicado a la región ocupa solo dos de las 48 páginas del documento, y casi al final.
Diagnostica que la pandemia de Covid y la recesión económica que resultó “han exacerbado retos estructurales antiguos, nutrido el malestar político y social, minado la fe en la capacidad de la democracia en cumplir y generado niveles sin precedentes de migración irregular a Estados Unidos y a través de la región”. Ante ello, propone “revitalizar” las relaciones con el fin de construir y mantener la “resilencia económica, la estabilidad democrática y la seguridad ciudadana dentro del hemisferio”.
Afirma que Estados Unidos busca promover la cooperación para generar crecimiento económico “inclusivo” y duradero, y que dentro de este contexto la prioridad es trabajar con México y Canadá para promover “una visión norteamericana” para el futuro.
A la vez, proclama que Estados Unidos promoverá la “estabilidad democrática” de la región, incluyendo “proteger contra la interferencia o coerción externa… de… China, Rusia o Irán”. Informa que a través de “instituciones interamericanas revitalizadas, y en asociación con la sociedad civil y otros gobiernos, apoyaremos la autodeterminación democrática para los pueblos de Venezuela, Cuba, Nicaragua y cualquier otro país donde la voluntad popular es suprimida”.
La estrategia también subraya que Estados Unidos continuará “construyendo seguridad” regional al apoyar esfuerzos para enfrentar tanto amenazas domésticas como las del crimen organizado y la “externas” provenientes de “actores malignos que buscan establecer presencia militar o de inteligencia en la región”.
Seguridad nacional en casa
La estrategia de seguridad nacional de Biden difiere de las presentadas por sus antecesores al abordar los peligros que enfrenta el sistema democrático de su país. Al parecer, fue necesario escribir que “como estadunidenses, todos tenemos que acordar que el veredicto del pueblo, tal como es expresado en elecciones, tiene que ser respetado y protegido”.
También aborda la amenaza que representa el “terrorismo doméstico” en Estados Unidos y declara que el país “no tolerará la interferencia externa en nuestras elecciones”.
[Para consular el documento: https://www.whitehouse.gov/wp-content/uploads/2022/10/Biden-Harris-Administrations-National-Security-Strategy-10.2022.pdf].