Londres. El nuevo gobierno británico dijo el miércoles que no revertirá sus vastos recortes de impuestos ni reducirá el gasto público, en un intento de mantenerse firme ante una nueva agitación en los mercados financieros y la preocupación por su cambio de política económica.
Los mercados financieros británicos han estado bajo tensión desde el 23 de septiembre, cuando el ministro de Finanzas, Kwasi Kwarteng, anunció 45 mil millones de libras esterlinas (50 mil millones de dólares) de recortes fiscales, sin decir cómo se pagarían.
El Instituto de Estudios Fiscales indicó que la estrategia requerirá 62 mil millones de libras en recortes de gastos o subidas de impuestos para detener el crecimiento de la deuda pública.
“Lo que haremos es asegurarnos de que a medio plazo la deuda disminuya, pero no lo haremos recortando el gasto público, sino asegurándonos de que gastamos bien el dinero público”, dijo la primera ministra británica, Liz Truss, en el Parlamento.
Mientras el costo de los préstamos subía de nuevo el miércoles, después de que el gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, dijo que el apoyo del mercado terminaría el viernes, se le preguntó a Truss si seguía comprometida con una promesa anterior de mantener los niveles de gasto.
“Absolutamente, absolutamente”, respondió en el Parlamento. Su ministro del Tesoro, Chris Philp, también señaló que el gobierno no daría marcha atrás en sus planes de reducción de impuestos.
Más tarde su portavoz apuntó que, aunque el gasto público en general aumentará, “habrá que tomar decisiones muy difíciles dados algunos de los retos globales a los que nos enfrentamos”, y se ha pedido a los departamentos gubernamentales que busquen ahorros de eficiencia.
Truss y Kwarteng han dado marcha atrás en uno de sus planes de suprimir la tasa máxima del impuesto sobre la renta. También adelantaron al 31 de octubre la fecha de un presupuesto con detalles de las previsiones fiscales.
Gravamen temporal a beneficios de eléctricas
El mismo miércoles Truss impuso un gravamen temporal sobre los beneficios extraordinarios de las compañías que generan electricidad a partir de energías renovables.
“Los productores de electricidad con bajas emisiones de carbono obtienen beneficios por los precios anormalmente altos, mientras que los consumidores deben pagar más (...) Para proteger a los consumidores se aprobaron nuevas medidas, como un nuevo impuesto provisional sobre los beneficios extraordinarios”, indicó un comunicado del gobierno.
El gobierno encabezado por Truss enfatizó que el impuesto es provisional, sin precisar el tiempo que durará.