Ciudad de México. En septiembre, el consumo se estancó y no tuvo crecimiento alguno comparado con el mes inmediato anterior (agosto), reportó BBVA México. Esto, como resultado de una pérdida de dinamismo en el sector de servicios.
De acuerdo con el indicador de consumo de BBVA, medido por la cantidad de transacciones y operaciones que se hacen en los sistemas del banco, el nulo crecimiento prolonga el lento dinamismo que tiene el consumo desde mediados de este año en términos reales.
“El comportamiento del gasto se vio afectado negativamente por la caída del sector servicios, ante la contracción de 7.7 por ciento en el componente de hoteles y de 7.1 por ciento en el segmento de restaurantes. El consumo de servicios de entretenimiento se redujo por su parte 2.1 por ciento”, refirió BBVA, el banco de mayor presencia en el país.
Resaltó que la contracción mensual en el sector restaurantero es la mayor desde diciembre de 2020, y apunta hacia una retracción del consumo en servicios no esenciales, en un entorno de alta inflación y mayores tasas de interés.
Puntualizó que, si bien el segmento de bienes mostró un crecimiento modesto de 0.4 por ciento, su componente de alimentos registró una caída de 0.8 por ciento, su tercera lectura negativa en lo que va del año, en un periodo en el que se ha observado un rápido crecimiento en el precio de alimentos procesados.
En lo que respecta a las ventas por tipo de establecimiento, apuntó BBVA, las compras en línea crecieron 5.4 por ciento, mientras que el gasto en establecimientos físicos se redujo 0.2 por ciento, su tercera caída consecutiva desde julio.
En tanto, el gasto en gasolina como un vistazo de movilidad mostró un nulo crecimiento durante el periodo y extendió la ralentización que se observa desde mayo.
BBVA puntualizó que al considerar el mes de septiembre, los datos señalan una contracción de 2 por ciento en el tercer trimestre del año, para esta medida de consumo por lo que se anticipa que el gasto de las familias continuará con debilidad en lo que resta del año, a medida que los hogares enfrentan un entorno con mayor costo del financiamiento, y persistencia de altos niveles de inflación.
“Estimamos que la ralentización de la demanda se registrará con mayor profundidad el próximo año, por lo que revisamos a la baja nuestra estimación de crecimiento para 2023 de 1.6 a 0.6 por ciento, manteniendo nuestro pronóstico para 2022 en 2 por ciento, considerando los datos positivos de actividad del primer semestre, pero con desaceleración en la segunda mitad del año”, agregó la institución financiera.