Washington. La temida recesión asoma por el horizonte de Alemania e Italia el año que viene como consecuencia de la guerra a las puertas de la Unión Europea (UE), advierte el Fondo Monetario Internacional (FMI), tres años después de la crisis de covid-19.
Se prevén contracciones de 0.3 por ciento para el PIB alemán y de 0.2 para el de Italia, afirma el FMI en sus perspectivas económicas globales publicadas este martes. Las previsiones se han deteriorado mucho: 1.1 puntos porcentuales (pp) y 0.9 pp respectivamente respecto a las de julio.
Con el paso de los meses el optimismo de principios de año sobre una fuerte recuperación económica tras dos años de pandemia da paso a una depresión cada vez mayor.
Casi ocho meses después de que Rusia invadiera Ucrania ha saltado un primer tabú: las principales instituciones internacionales hablan abiertamente de recesión.
En septiembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó una recesión en Alemania en 2023 a causa de los daños colaterales de la guerra; más tarde la Organización Mundial del Comercio (OMC) llegó a decir que teme una "recesión global".
"Prevemos una fuerte desaceleración para Italia, con un crecimiento negativo en 2023, principalmente por los precios de la energía y la dependencia del país del gas", comentó el economista jefe del FMI, Pierre-Olivier Gourinchas, en rueda de prensa este martes.
El gobierno alemán prevé publicar el miércoles sus previsiones, que podrían ser de recesión, según el diario Bild, mientras que el italiano todavía espera un crecimiento de 0.6 por ciento el próximo año.
Para Italia, la situación podría empeorar aún más "en caso de un shock adicional en los mercados energéticos", señaló la subdirectora del FMI, Petya Koeva Brooks.
Tanto Italia como Alemania, ambos miembros fundadores de la Unión Europea, son muy vulnerables a las perturbaciones en el mercado del gas y tienen dificultades para diversificar sus suministros, destacó recientemente la agencia de calificación Fitch.
Quiebras
La explosión de los precios de la energía también pone en aprietos a las empresas del sector industrial, con mucho peso en Italia y Alemania. Los desorbitados costes energéticos las obliga en ocasiones a limitar su actividad y en otras quedan abocadas a una quiebra.
La situación podría empeorar aún más, advierte el FMI. Si las temperaturas son muy frías o la demanda de gas no cae lo suficiente este otoño (boreal) "podría producirse un racionamiento energético durante el invierno en Alemania" y efectos nocivos para la industria alemana.
Y es probable que los problemas de la principal economía de la zona euro pesen "fuertemente" sobre las economías vecinas, prosigue la institución internacional, que ha revisado a la baja la previsión de crecimiento de Francia el próximo año a 0.7 por ciento (-0.3 pp), y la de España a 1.2 por ciento (-0.8 pp).
La vicepresidenta y ministra de Economía española, Nadia Calviño, afirmó en Nueva York que el futuro no está escrito y depende de las decisiones que se tomen.
"La evolución de nuestra economía va a depender de forma sustancial de cómo evolucione la guerra (en Ucrania), de la economía alemana y de los mercados energéticos", afirmó.
La eurozona se ha librado por ahora de la recesión, con una previsión de crecimiento del FMI para este año de 3.1 y de 0.5 por ciento en 2023. Pero este último porcentaje se acaba de revisar a la baja por tercera vez consecutiva.
"La recesión ya no es solo un riesgo", sino que está prevista el año que viene en los países que comparten la moneda única, comenta Brian Coulton, economista jefe de Fitch.
"En muchos aspectos, el shock energético que atraviesa Europa es peor que el del petróleo de 1973 en Estados Unidos", añade.
La crisis energética no será transitoria en Europa, alertan
La actual crisis energética no será transitoria, sobre todo en Europa, y el reajuste geopolítico de los suministros energéticos que se está produciendo en Europa por la guerra en Ucrania es "amplio y permanente", dijo este martes el Fondo Monetario Internacional.
"El invierno (boreal) de 2022 será difícil, pero el de 2023 probablemente será peor", alertó a la prensa Pierre-Olivier Gourinchas.
Asimismo, advertir de la necesidad de avanzar de forma más rápida en la resolución de los crecientes problemas de deuda a los que se enfrentan a las economías de mercado emergentes y en desarrollo y agregó que "el tiempo puede agotar pronto" para que los países recurran al Marco Común del Grupo de los 20.