Ciudad de México. Aunque Luiz Inácio Lula Da Silva haya obtenido más votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Brasil, su triunfo no está totalmente asegurado en la segunda ronda, entre otros factores por el gran peso político que tienen los grupos evangélicos, los cuales son mucho más cercanos al mandatario conservador Jair Bolsonaro.
Así lo advirtió el profesor e investigador argentino Ariel Goldstein, quien señaló que incluso si Lula triunfa en los comicios, la oposición tendrá el poder suficiente para obstaculizar su gobierno e incluso promover su destitución, pues el bolsonarismo es un fenómeno social que “llegó para quedarse”.
En entrevista con La Jornada, el docente de la Universidad de Buenos Aires, especialista en temas sobre Brasil y la influencia política de sus grupos religiosos, recordó que los colectivos evangélicos más importantes comenzaron a vincularse con Bolsonaro desde 2013, pero fue en las elecciones de 2018 cuando su apoyo se cristalizó.
Luego de subrayar que los mencionados grupos hacen campaña abiertamente por el actual presidente brasileño y afirman que “no se puede ser cristiano y de izquierda”, Goldstein destacó que la influencia de las iglesias evangélicas proviene en gran medida de lo que significan para muchas familias en un ambiente de grave deterioro social.
“En un entorno de pobreza, desigualdad y violencia, que el Estado ha fallado en resolver, estas iglesias son vistas como una forma de resolver esos problemas. Las clases pobres en Brasil quieren mejorar su situación, pero dentro de un orden social conservador, a través de la predicación del esfuerzo individual y la lealtad a dios. Es un cambio dentro del orden”, señaló el también autor del libro “La reconquista autoritaria”.
En ese contexto, aunque un eventual triunfo de Bolsonaro gracias a los evangélicos “no es lo más probable, tampoco es imposible. (La segunda vuelta) es una nueva elección, como si las cartas se dieran de nuevo, y arrancó con una guerra religiosa donde los pastores de Bolsonaro dicen que Lula es satanista y se acusa a Bolsonaro de ser masón”.
El especialista indicó que aunque el actual presidente pierda, sus seguidores continuarán presentes, “como un trumpismo sin Donald Trump, pero más peligroso, porque Brasil es un país donde las instituciones son menos fuertes que en Estados Unidos y el Ejército sigue ahí, no totalmente sometido al marco democrático”.
Por lo anterior, Goldstein anticipó que un eventual gobierno de Lula “va a tener una gran dificultad en el Congreso para aprobar leyes. Estará presionado por sectores de la izquierda para hacer cambios, y a la vez presionado por la derecha, que va a boicotear cualquier iniciativa y va a tratar de hacerle un impeachment”.