Acapulco, Gro. Acapulco no está listo para hacer frente a una lluvia como la ocasionada por el huracán Paulina, hace 25 años, reflexionó Daniel Domínguez García, comandante municipal de la delegación 300 de Cruz Ámbar, quien el 9 de octubre de 1997, participó como voluntario en diversas tareas de auxilio a la población, después de los estragos causados durante la madrugada por el huracán Paulina en este puerto.

Entrevistado al concluir la ceremonia en recuerdo de las personas fallecidas aquella madrugada, realizada en la plaza de la Esperanza, en avenida Cuauhtémoc, Domínguez García recordó que “fue algo terrible, nunca habíamos visto algo similar, las colonias estaban destruidas, los vehículos se los llevó la corriente de agua, mucha gente fue arrastrada por el río del Camarón; en la avenida Constituyentes teníamos que cruzar a las personas con cuerdas, para poder llegar al otro lado”.

Agregó que “la situación nos rebasó, incluso con las autoridades, éramos muy pocos, necesitamos del apoyo externo, requerimos mucho apoyo para poder salir adelante”.

El rescatista voluntario relató que participó en la recolección y distribución de víveres, además de prestar auxilio a la comunidad, para lo cual utilizaron 25 ambulancias que fueron trasladadas de otros estados de la República Mexicana a Acapulco.

Señaló que la colonia Generación 2000 fue una de las más afectadas, pues quedó aislada por el corte de caminos.

Domínguez García explicó que fue establecido un sistema de comunicación y coordinación por medio de radios, para lo cual resaltó la coordinación entre sociedad civil y autoridades.

No obstante, advirtió que “actualmente nos falta mucho por aprender, muchas veces hacemos caso omiso a las recomendaciones de protección civil. La verdad yo creo que no estamos listos, las instituciones se han dejado caer un poco, a nivel general, necesitamos más equipo, el gobierno no da apoyo a instituciones voluntarias, tenemos que acercarnos a andar pidiendo, así es muy difícil, los botiquines que utilizamos los compramos nosotros”.

En tanto, el coordinador de protección civil municipal, Efrén Valdez Ramírez, quien en 1997 también ocupó dicho cargo, mencionó que “había postes tirados, vehículos apilados en el puente de la calle Bernal Díaz del Castillo, logramos cruzar con cuerdas en las calles de Sonora y Niños Héroes, había una corriente de agua de metro y medio”.

Manifestó que “recordar y vivirlo en carne propia fue muy difícil, había mucha agua, desde Palma Sola, las colonias Progreso, Nueva Era, parecía que los cerros se habían desgajado, gente que fue arrastrada por los canales pluviales al mar, algunos cuerpos fueron encontrados en Zihuatanejo”.

Valdez Ramírez expresó que no hay un saldo correcto de personas fallecidas, pues muchas desaparecieron.

Autoridades civiles y militares conmemoraron la mañana del domingo el 25 aniversario del huracán Paulina, con una ceremonia de izamiento de bandera a media asta, en el Asta Bandera ubicada en el acceso a playa Papagayo.

Posteriormente, la alcaldesa Abelina López Rodríguez colocó una ofrenda floral en la plaza de la Esperanza, en avenida Cuauhtémoc, con la participación de brigadistas de protección civil municipal, y otras agrupaciones de rescatistas voluntarios.

Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres, el 9 de octubre de 1997 el huracán Paulina produjo 411.2 milímetros de lluvia en menos de 24 horas. Tal cantidad de agua es la que cae del cielo, en promedio, durante tres meses en esta región.

Las lluvias de Paulina ocasionaron el incremento de nivel de los ríos Papagayo, La Sabana y El Camarón, además de derrumbes en las cadenas montañosas de la bahía de Acapulco, escurrimientos súbitos que siguieron los cauces naturales, flujos de lodo que arrastraron rocas, arena, árboles, escombros y basura, así como cortes carreteros, puentes destruidos, poblaciones incomunicadas y daños en 5 mil viviendas.