Guadalajara, Jal. Un hombre muerto y seis personas más heridas, es el saldo preliminar que autoridades jaliscienses dieron a conocer sobre la balacera que pasadas las cinco de la tarde se desató entre sujetos armados y soldados del ejército en la exclusiva zona de Andares, en Zapopan, en plena tarde dominical, cuando el área comercial y restaurantera estaba a tope, lo que generó decenas de personas con crisis nerviosa.
Entre los civiles lesionados de bala están una mujer, un repartidor que recogía un pedido, un guardia de seguridad y un hombre quien al parecer era acompañante del que fue asesinado, quien a su vez se desempeñaba según los indicios recabados hasta ahora como escolta o guardia de seguridad.
El posible acompañante del escolta fue trasladado al hospital militar, mientras el resto fue ingresado al hospital Puerta de Hierro, en Andares, incluidos otros dos hombres heridos que el fiscal estatal Luis Joaquín Méndez dijo son “posibles causantes” del intercambio de disparos con rifles de alto poder.
El presunto escolta muerto fue encontrado en el interior de un vehículo blanco, el cual presentaba una gran cantidad de impactos de bala. El carro tiene placas de escolta de la Ciudad de México, pero el fiscal afirmó que se está corroborando su autenticidad.
El fiscal Méndez dijo que además se presume que el hombre sin vida era escolta “por la indumentaria que porta y la posición que guarda”, pero que la investigación será lo que aclare si trabajaba en alguna empresa y “a qué persona considera su principal”, tanto él como su acompañante que terminó lesionado.
Reveló que hasta ese momento, se han localizado por lo menos 200 casquillos y cartuchos en la zona donde se dio la balacera.
El reporte a los números de emergencia se dio cuando se comenzaron a escuchar detonaciones de arma de fuego y los más cercanos a Andares eran los soldados, quienes al llegar fueron recibidos a disparos.
En redes sociales comenzaron a aparecer vídeos y transmisiones de lo que ocurría, gente corriendo abordando autos, tirándose al suelo, siendo llevados a resguardo por meseros en los restaurantes, niños diciendo a sus padres que tenían miedo mientras estos grababan con sus celulares desde sus departamentos.