Ciudad de México. La Campaña Nacional Sin Maíz no hay País consideró que la crisis climática, la pandemia y la guerra entre Rusia y Ucrania han evidenciado que la dependencia alimentaria hace frágil y vulnerable a cualquier nación, por lo que llamó a alcanzar soberanía en ese rubro con alimentos sanos, inocuos y culturalmente pertinentes producidos por los campesinos.
En la celebración del Día Nacional del Maíz, la organización expuso que es fundamental fortalecer la siembra del alimento básico en familias campesinas y pueblos originarios, que nos ofrecen una alimentación sana, local y ancestral, pues está en riesgo de perderse por la presencia de transgénicos, por el uso de agroquímicos y por la privatización de las semillas por parte de un puñado de corporaciones trasnacionales, en complicidad con grupos seudocientíficos que sólo responden a intereses comerciales
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Apuntó que es el momento de cambiar el modelo agroalimentario que impusieron los gobiernos neoliberales y formar una comunidad amplia y combativa que se una con fuerza para defender el campo
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En un pronunciamiento, consideró que se debe pasar del consumismo sin conciencia a contar con la información y las condiciones necesarias que permitan decidir lo que comemos, y hacer que se garantice el derecho constitucional a la alimentación sana, suficiente y de calidad para todas y todos, alcanzado por la sociedad civil mexicana desde 2011
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Se debe construir un nuevo modelo que honre al campesinado, que reactive la economía y la producción rural, como única salida para desterrar la violencia, frenar la migración forzada de jóvenes, el desplazamiento de poblados enteros por la incertidumbre en la tenencia de la tierra, fortalecer el tejido comunitario, así como detener la absurda muerte por mal comer en un país que es cuna del maíz, indicó.
Llamó a defender e incorporar en el marco legal del decreto presidencial del 31 de diciembre que elimina progresivamente el uso del glifosato, la no liberación al ambiente del maíz transgénico y el rechazo al uso de ese grano en la alimentación de los mexicanos.
También pidió impulsar la aprobación de la Ley General de la Alimentación Adecuada, se manifestó en contra de la iniciativa de Reforma a la Ley Federal de Variedades Vegetales que tiene el fin de adherir a México al convenio UPOV 1991, y aprobar un presupuesto justo e integral que promueva la transición agroecológica de la producción agroalimentaria y la protección de las semillas libres, que privilegie a la pequeña y mediana producción campesina e indígena