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Crea incertidumbre en Italia la victoria de la extrema derecha

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Un artista callejero retrató a la líder ultraderechista, Giorgia Meloni, como la bruja que ofrece a Italia (Blanca Nieves) una manzana envenenada, mientras políticos se esconden bajo su falda. Foto Ap
27 de septiembre de 2022 08:38

Roma. Italia entró ayer en un periodo de incertidumbre tras la victoria en las elecciones legislativas de Giorgia Meloni, a la cabeza de una coalición de derecha dividida frente a importantes desafíos económicos y políticos.

Aunque obtuvieron la mayoría absoluta en el Parlamento, la dirigente de Hermanos de Italia (posfascista) y sus aliados Matteo Salvini de La Liga (antimigración) y Silvio Berlusconi de Fuerza Italia (derecha), la formación de un gobierno aún está a semanas de distancia e implicará consultas entre los líderes de los partidos y con el presidente Sergio Mattarella. Mientras, el premier Mario Draghi permanecerá en el gobierno de manera provisional.

El Ministerio del Interior informó a última hora de ayer que los partidos de derecha lograron 235 de los 400 escaños de la Cámara de Diputados, con lo que se confirma una sólida mayoría para respaldar un gobierno liderado por Meloni.

Hermanos de Italia, la Liga del Norte, Fuerza Italia y Nosotros Moderados suman 121 diputados electos por candidatura uninominal, a los que habría que sumar los plurinominales: 69 de Hermanos de Italia, 23 de la Liga y 22 de Fuerza Italia.

La oposición

La coalición de centro-izquierda suma 80 diputados, mientras Movimiento 5 Estrellas acumula 51 y la coalición centrista Tercer Polo, 21, según los datos definitivos difundidos por el Ministerio del Interior.

En el Senado son 112 los escaños obtenidos por los partidos de derecha, frente a 39 de centro-izquierda, los 28 senadores del Movimiento 5 Estrellas y los nueve de Acción-Italia Viva.

El recuento de los votos confirmó la clara ventaja de Meloni, que obtuvo más de 26 por ciento de votos. Su partido se convirtió en el primero del país, delante del Partido Demócrata (PD, centroizquierda) de Enrico Letta (19 por ciento).

Con La Liga y Forza Italia, tendrá una mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y en el Senado.

En su primer discurso tras la elección, Meloni, de 45 años, prometió gobernar para todos los italianos.

Italia tiene cinco años por delante de estabilidad, prometió Salvini, mientras el magnate Berlusconi regresa al Senado tras haber sido expulsado del Parlamento en 2013 tras su condena por fraude fiscal.

Voy a garantizar el perfil europeísta y atlantista del próximo gobierno, anunció el magnate.

Meloni rechaza el término extrema derecha e insiste en que el fascismo italiano quedó relegado a los libros de historia con la muerte del dictador Benito Mussolini en abril de 1945, su partido aún enarbola la llama tricolor y su gobierno será el de línea más dura de Italia desde la Segunda Guerra Mundial.

Admiradora del autócrata húngaro Viktor Orban, Meloni promueve lo que considera valores familiares cristianos tradicionales y ha denunciado los derechos de la comunidad LGBT, se ha opuesto al aborto, la eutanasia y la migración de fuera de Europa, e incluso ha pedido un bloqueo naval para evitar que los barcos de refugiados que salen de Libia crucen el Mediterráneo.

Meloni, cuya pareja es el perodista Andrea Giambruno, quien trabaja para el canal Mediaset de Berlusconi, y con quien tiene una hija, también ha incursionado en teorías conspirativas, advirtiendo sobre la sustitución étnica y una izquierda internacional globalista.

La prensa conservadora estuvo exultante con su triunfo. Revolución en las urnas, tituló Il Giornale, el rotativo de la familia Berlusconi. La izquierda derrotada ¡(somos) libres!, publicó el diario Libero.

Para el periódico de los industriales La Stampa pesan las mil incógnitas que se abren en Italia tras la histórica victoria de la ultraderecha.

El secretario general del PD, Enrico Letta, auguró días duros tras el incontestable triunfo de Meloni y dijo que no se presentará a la primarias de su formación.

Empiezan las recriminaciones

El presidente del Movimiento 5 Estrellas, Giuseppe Conte, culpó al PD de la falta de unidad entre los partidos de centro-izquierda, y aseveró que el bloque pudo haber sido competitivo, pero que la formación liderada por Letta lo impidió.

El nuevo Ejecutivo sucederá al gobierno de unidad nacional liderado desde enero de 2021 por Draghi, el ex presidente del Banco Central Europeo, que tomó las riendas de la tercera economía de la eurozona, hundida por la pandemia.

Draghi negoció con la UE una ayuda financiera de casi 200 mil millones de euros, a cambio de que su país realice profundas reformas económicas e institucionales.

A pesar de lo que estaba en juego, varios partidos que aceptaron formar parte de su gobierno acabaron derribándolo en julio por motivos puramente electorales, lo que llevó a la convocatoria de elecciones legislativas anticipadas.

El nuevo gobierno tendrá que gestionar la crisis provocada por una inflación galopante, mientras Italia ya se derrumba bajo una deuda que representa 150 por ciento del PIB, la más alta de la zona euro detrás de Grecia.

Mientras, Meloni ha recibido el apoyo entusiasta de los gobiernos derechistas y conservadores de Polonia y Hungría, así como las felicitaciones del partido Vox de extrema derecha de España y del Rassemblement National (RN) francés, otros países manifestaron abiertamente su preocupación.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, externó el deseo de trabajar juntos, al subrayar que una de las líneas de trabajo será el respeto a los derechos humanos. Italia es una aliado fundamental, una democracia fuerte y un socio precioso, tuiteó.

Estamos listos para trabajar con toda fuerza política que sea capaz de superar el odio hacia nuestro país (...) y ser más constructiva en las relaciones, declaró Dimitri Peskov, secretario de prensa del presidente ruso, Vladimir Putin.

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