En medio de una aversión al riesgo generalizada en los mercados financieros y ante una pérdida de confianza en la economía de Inglaterra y la europea, la abrupta caída de la libra esterlina ha prendido las alarmas de un país y del bloque del euro al borde de una recesión.
La divisa británica registró el lunes en los mercados asiáticos su mayor caída en un día desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia de covid-19. Posteriormente, se depreció más de 4 por ciento ante el dólar y llegó a tocar el mínimo histórico de 1.0327 dólares, su nivel más bajo desde 1972.
Lo anterior, a consecuencia de lo declarado por el ministro británico de Finanzas, Kwasi Kwarteng, acerca de los grandes recortes de impuestos y del comunicado del Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra, que declaró que se actuará como sea necesario para que la inflación en el país regrese al objetivo de 2 por ciento en un horizonte a mediano plazo.
El euro también tocó un mínimo de 20 años frente al dólar, al situarse en 0.9528 y bajó 0.81 por ciento.
El índice dólar, que mide al billete verde frente a una cesta de monedas importantes, subió 1.02 por ciento a 114.110 unidades, por primera vez desde mayo de 2002.
Mientras el dólar continuó con su fortaleza, el peso mexicano se depreció ante su similar estadunidense 0.91 por ciento, equivalente a 18.48 centavos, para cerrar en 20.4172 unidades por dólar spot, su mayor nivel desde agosto pasado.
De acuerdo con datos del Banco de México, la moneda mexicana acumuló una caída de 2.62 por ciento en tres sesiones consecutivas.
La ola de los bancos centrales a la hora de seguir subiendo las tasas de interés, pese a la amenaza de la recesión, aumentó las utilidades de la deuda durante la pasada semana. Al cierre de ayer, los bonos del Tesoro de Estados Unidos siguieron en niveles altos; los de rendimiento a dos años llegaron a 4.34 por ciento, el nivel más alto no visto desde 2007, mientras el bono a 10 años subió a 3.93 por ciento, un máximo desde abril de 2010.
A tres semanas de iniciar su mandato, la primera ministra británica Liz Truss lucha por adelantarse a los acontecimientos cuando la reacción del mercado ante su plan de incrementar el endeudamiento gubernamental para pagar recortes fiscales lanzó a la libra a un mínimo de todos los tiempos. Vía Graphic News
Aversión al riesgo
Arrancó la última semana de septiembre, en medio de un cambio político en Italia y alertas monetarias y económicas.
El petróleo WTI cerró la sesión con una pérdida de 2.36 por ciento, a 76.88 dólares por barril, y tocó un mínimo de 76.49 dólares, no visto desde el 4 de enero, mientras el Brent cayó 2.29 por ciento, a 84.18 dólares. La mezcla mexicana se fue hasta 73.66 dólares por barril.
La caída de precios tuvo dos razones. La primera es el dólar cada vez más fuerte. La segunda, los temores de que los precios altos de la energía en Europa provoquen una destrucción de la demanda en el mundo.
Los principales índices de Wall Street registraron movimientos negativos ante la preocupación de la política monetaria restrictiva por parte de la Fed.
Los sectores de bienes raíces y servicios públicos fueron los de mayor caída esta jornada, mientras los sectores tecnológico y de consumo discrecional subieron y redujeron las pérdidas en los índices.
El S&P 500 perdió 1.03 por ciento, a 3 mil 655.04 unidades, su nivel más bajo desde diciembre de 2020, mientras el Dow Jones perdió 1.11 por ciento, a 29 mil 260.81 puntos. El Nasdaq de tecnología pesada retrocedió 0.60 por ciento, borrando una ganancia de más de uno por ciento anterior en el día de negociación.
En tanto, el índice de volatilidad CBOE (VIX), que mide las expectativas de Wall Street sobre la volatilidad del mercado a corto plazo, subió por encima de 31, su nivel más alto desde el 17 de junio.
Por su parte, la Bolsa Mexicana de Valores, siguió la tónica internacional, al caer 1.29 por ciento, a 44 mil 808.56 puntos, su cuarto descenso consecutivo.
El euro y la libra cayeron a mínimos históricos frente al dólar cuando Europa sufre por la guerra en Ucrania y un nuevo paquete de estímulo en el Reino Unido desencadena temores de aumento del endeudamiento. Vía Graphic News