En medio de un conjunto de previsiones peores para la economía de Estados Unidos, la tasa objetivo de la Reserva Federal (Fed), basada en las orientaciones actuales y en las expectativas de inflación a corto plazo, se podría situar entre un 4.75 y un 5.0 por ciento en el primer trimestre de 2023, prevé el equipo de análisis en Toronto de Scotiabank.
El Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) de la Reserva Federal actualizó sus perspectivas de la economía, con lo que ahora prevé un crecimiento de apenas 0.2 por ciento durante el 2022, y de 1.2 por ciento para el 2023; prevé ahora una mayor tasa de desempleo, de 3.8 por ciento para el 2022 y de 4.4 por ciento en el 2023. También revisó al alza la expectativa de inflación, con una mediana ahora de 5.4 por ciento para finales de año y de 2.8 por ciento para finales del siguiente año, con lo cual la inflación se ubicaría cercana al objetivo de 2.0 por ciento apenas en el 2024.
Ante las declaraciones de Jerome Powell, presidente de la Fed, de que lo primordial es combatir la inflación, ya que esta es más letal que un bajo crecimiento económico, el costo del dinero aumentará y con éste el costo de financiamiento de los países, de los agentes económicos, como consumidores y empresas, toda vez que el crédito se volvería más caro.
Powell ha explicado que "esta época se ha caracterizado por largos periodos de expansión" y que si no se adelantan ahora, puede que nunca consigan controlar la inflación.
De acuerdo con los especialistas de Scotiabank, el banco central de Estados Unidos podría aumentar la tasa de fondeo, la que determina el costo del crédito al que se financian empresas y personas, en 0.75 puntos porcentuales en noviembre; otros 0.50 puntos porcentuales en diciembre y, a continuación, 0.25 o 0.50 puntos en febrero, con una señal de pausa condicionada por los datos y la evolución de la inflación, lo que situaría a las tasas de referencia en el rango de entre 4.75 y 5.0 por ciento en el primer trimestre de 2023.
Asimismo, nadie anticipa recortes de tasas en el 2023, sino que también pone la Fed un listón muy alto contra los recortes en el 2024.
El otro lado de la moneda
El Banco de Japón (BOJ) mantuvo el jueves sus tasas de interés súper bajas (casi cero por ciento) para respaldar el crecimiento económico nipón, contrarrestando una marea mundial de cambios monetarios, endurecimiento por parte de los bancos centrales que luchan por controlar la inflación galopante.
El yen se ha depreciado casi un 20 por ciento este año, ya que el BOJ ha mantenido una política muy relajada mientras que muchos de sus pares globales, como la Fed, han elevado agresivamente las tasas de interés para combatir la creciente inflación. Pero no todas las economías se pueden dar el lujo de que sus tipos de cambio se deprecien, pues sería otro elemento adicional de inflación y salida de capitales, por lo que los países aprietan sus políticas monetarias.
BOJ sigue siendo un caso atípico entre una ola global de bancos centrales que retiran el estímulo para combatir la inflación, y probablemente se convertirá en la última autoridad monetaria importante en el mundo con una tasa de política monetaria negativa.