Acapulco, Gro. La joven Mirella García Hernández de 24 años, acusó que su hijo murió antes de nacer, por no recibir la atención adecuada en el hospital Vicente Guerrero del IMSS en Acapulco.
La mujer relató que el pasado 13 de septiembre a las 5:30 horas, arribó al nosocomio con dolores intensos de abdomen y expulsaba líquido verde por la vagina.
No obstante, médicos se negaron a practicarle una cesárea de emergencia.
Recordó que después de aplicarle un ultrasonido su bebé aún estaba vivo y presentaba 151 latidos por minuto, lo cual se considera muy poco.
Sin embargo, médicos esperaron una hora, y al realizarle un nuevo estudio de ultrasonido, el bebé estaba muerto a las 6:30 de la mañana.
Aun así, Mirella mencionó que los médicos la hicieron esperar cuatro horas a que tuviera su bebé, ya sin vida, mediante un parto natural.
Señaló que existían antecedentes para que le fuera practicada una cesárea y no esperar hasta la semana 40 de gestación, pues fue internada al tercer mes de su embarazo, ya que presentó sangrado, por lo que fue dictaminado como de alto riesgo.
Debido a ello, acudía mensualmente a cita con el médico, y posteriormente cada dos semanas.
Detalló que fue dada de alta normalmente en las revisiones de la semana 38 y 39, cuando ya presentaba dolores.
Recordó que sufrió las mismas complicaciones con su primera hija.
Aunado a ello, señaló que en la semana 34 de gestación le fue detectado a su bebé una malformación llamada estasia pielica de riñón izquierdo fetal, que fue pasada por alto.
Entre lágrimas, la joven manifestó que “no quisieron hacerme la cesárea de emergencia, cuando llegué al hospital mi bebé todavía tenía signos vitales, cuando me hicieron el ultrasonido a las 6:30 de la mañana ya estaba muerto, todavía me obligaron a tenerlo por parto cuatro horas después”.
Su esposo, César Jared Reus Pérez, pidió la intervención del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
Acusó que directivos del hospital se negaron a plasmar la verdadera causa del fallecimiento del bebé en el acta de defunción.
Indicó que la pareja ya acudió a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Fiscalía General del Estado, donde interpusieron una demanda por homicidio simple.
El padre del bebé que perdió la vida recalcó que directivos del hospital reconocieron que el neonato murió ahogado en su propio excremento, pero le aseguraron que no podían plasmarlo así en el acta de defunción, donde fue escrito que el bebé murió por interrupción de la circulación materno placentaria.