Madrid. En un afán por transparentar y rendir cuentas con su propio pasado, el Museo del Prado publicó la lista de obras que pertenecen a su acervo y que fueron incautadas durante la guerra civil (1936-1939) y el franquismo.
Se trata de 25 obras de arte, pero es una lista provisional y a la espera de que se haga un análisis más exhaustivo del conjunto del patrimonio. Entre las piezas se encuentran una pintura del artista holandés Pieter Brueghel y otra del valenciano Joaquín Sorolla.
Hace tres años, con motivo del bicentenario del museo madrileño y del 70 aniversario del rescate masivo de obras durante el enfrentamiento bélico en España, la pinacoteca decidió poner orden en su inmenso patrimonio y analizar las consecuencias que tuvo en su acervo no sólo la guerra civil, sino también la Segunda Guerra Mundial y el auge del fascismo en Europa durante el siglo XX, que en el caso del país ibérico supuso la instauración de la dictadura totalitaria de Francisco Franco (1939-1976).
Después de dos años de investigar y comprobar los datos, el Museo del Prado hizo público el informe, todavía provisional, en el que se incluye el listado completo de obras depositadas en sus colecciones provenientes de la Comisaría General de Defensa del Patrimonio Artístico y que probablemente fueron incautadas por la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico durante la guerra civil, organismo que se apropió de las piezas para su resguardo.
De las 25 obras documentadas, se probó el origen de 22; de las otras tres, se confirmó su incautación pero, debido al mal estado de las pinturas, no tienen ficha en el portal de acceso a colecciones, aunque están catalogadas en el sistema de gestión de la colección del museo.
La Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional entregó 17 pinturas al Museo del Prado entre 1940 y 1942; otras cinco las adjudicaron al Museo de Arte Moderno en 1942, una más al Museo de Arte Moderno en 1943, aunque quedó en el Museo de Arte Contemporáneo y después pasó al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, desde donde se adscribió al Museo del Prado en 2016 por reordenación de colecciones. También figuran un frutero y un reloj procedentes de la misma comisaría.
esta cifra inicial podría ser mayor al hilo de los últimos estudios del experto en patrimonio y guerra civil, el catedrático y profesor emérito Arturo Colorado Castellary, por lo que el Museo Nacional del Prado decidió abrir una investigación acerca de la posibilidad de que algunas de las obras presentes en su colección provengan de incautaciones realizadas en el periodo de la guerra civil o durante el franquismo.
Además, explican que el objetivo es aclarar cualquier duda que pudiera existir sobre los antecedentes y el contexto previos a que se produjera su entrada en las colecciones del Prado y, llegado el caso y cumpliendo todos los requisitos legales, proceder a la devolución a sus legítimos dueños
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Precisamente el responsable del informe, el experto en arte e historia Arturo Colorado, explicó que las guerras y posguerras han tenido consecuencias en la pervivencia, destrucción y reubicación de las obras de arte, con un indudable protagonismo de los museos. En el caso español, la guerra civil supuso la evacuación de un gran número de piezas –entre las que se encontraban más de 500 del Museo del Prado– de Madrid a Valencia, después a Barcelona y el norte de Cataluña, para finalmente llegar a Ginebra al final del conflicto. Durante la inmediata posguerra franquista, decenas de miles de obras, que habían sido almacenadas por el gobierno de la República para protegerlas, fueron devueltas o entregadas en depósito a numerosos museos, instituciones e incluso particulares.