Teotihuacán, Méx. Autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dieron a conocer que la empresa Estudios Dos Puntos Arquitectura fue la ganadora de entre más de 100 propuestas, de la convocatoria de concurso internacional para el diseño del sistema de protección integral de la pirámide de la Serpiente Emplumada, en la zona arqueológica de Teotihuacán, que mantiene un “alarmante” y “acelerado” proceso de deterioro durante los últimos 18 años.
El director general del INAH, Diego Prieto Hernández, señaló que se espera que el próximo año comience el proyecto ejecutivo y se pueda culminar la construcción del sistema de protección y cubierta de la edificación en 2024, cuyo costo se estima en más de 50 millones de pesos.
Explicó que para la selección del ganador del concurso se contó con un jurado que recibió y analizó 113 propuestas, procedentes de Brasil, Italia, Japón y México, de las cuales 17 cumplieron con expedientes completos, y de esas, quedaron 12. Después, tres llegaron a la selección final, de las cuales una fue la ganadora.
Afirmó que se llevaron a cabo 14 sesiones del jurado, una de ellas una visita colegiada a la pirámide de Quetzalc’óatl.
“Estamos a tiempo, a muy buen tiempo y la sociedad mexicana y los dioses ancestrales nos lo van a agradecer para que el deterioro de la fachada de la pirámide de la Serpiente Emplumada sea detenido y que podemos con más confianza a proceder a estabilizar y restaurar los elementos que se han visto afectados.
“Concluye este concurso, pero comienza una tarea mayor; ahora es hacer el proyecto ejecutivo y luego instrumentar la solución. Vamos probablemente a necesitar como 50 millones, no los 120 millones que pensábamos”, dijo.
Afirmó que el jurado estuvo integrado por 18 especialistas entre arqueólogos, urbanistas, ingenieros, arquitectos, encabezados en una primera etapa por la presidenta honoraria, Aida Castilleja González y ahora José Luis Perea González; además del excoordinador general, Pedro Francisco Sánchez Nava, fallecido, y que fue suplido por Lorenza López, coordinadora nacional de arqueología; así como los arqueólogos Saburo Sugiyama, Sergio Gómez y Rogelio Rivero.
“En el INAH estamos muy acostumbrados que las decisiones se toman de manera colegiada y por especialistas y que no existen autoridades discrecionales que premian a su primo o compadre. Es un jurado plural, con retroalimentación de propuestas de una manera académica, sistemática y democrática”, enfatizó.
Prieto Hernández pidió al patronato del INAH realizar una campaña de recaudación de fondos para realizar el proyecto.
Javier Moctezuma, representante de la empresa ganadora, Estudios Dos Puntos Arquitectura, integrada por 26 personas, explicó que la estrategia está dirigida a cubrir y proteger la fachada de la pirámide del sol, lluvia y granizo, controlar la humedad interna de la pirámide, redirigir el agua, mejorar la absorción del suelo, disminuir la velocidad del viento para evitar las erosiones y finalmente seguir con los trabajos de conservación, conformación y monitoreo que se requieren antes, durante y después de los trabajos proyectados.
Apuntó que la cubierta protegerá una superficie de 700 metros cuadrados, con 30 metros de largo por 26 metros de ancho y se utilizará un material sumamente ligero llamado ETFE, que es 10 veces más ligero que el vidrio y tiene más durabilidad.
Destacó que se estima que el material tiene 30 años de durabilidad, mínimo, y es de fácil mantenimiento, porque es una membrana plástica por la que la suciedad resbala con la primera lluvia.
“El material viene en módulos y es fácil de quitar; si uno de los módulos tiene alguna afectación se quita y se pone otro; además tiene la particularidad de que se puede pedir la película que deseemos, es decir en esta capa puede venir una impresión que puede amortiguar el asolamiento que caiga sobre la fachada poniente. Deja pasar la iluminación, pero no los rayos UV; la cubierta tiene la intención de mitigar el cambio de temperatura que tienen las piedras, que oscila de 0 a 50 grados durante el día.
“La cubierta propuesta tiene la característica de estar solamente apoyada en la pirámide adosada, esto hace que no se toque la pirámide. La estructura tiene la virtud de ser reversible, ligera, eficiente, con bajo impacto en cimentación, resistente a sismos y al viento. Requiere poco mantenimiento y crea la máxima protección con los mínimos elementos. Es de bajo impacto visual y prácticamente no se visualizará a menos de que lleguemos a los laterales de la pirámide”, abundó.
José Luis Perea, secretario técnico del INAH y presidente honorario del jurado manifestó que como ganador del concurso, al ser el más apegado a la convocatoria, fue acreedor de un premio de 600 mil pesos. Asimismo, como finalistas fueron elegidos dos proyectos más que fueron acreedores de un premio de 300 mil pesos, cada uno.
Los especialistas consideran que el nivel de afectación que tiene la estructura piramidal es considerado como “grave” por el cúmulo de procesos cada vez más acelerados de arenización, disgregación, filtración, manchas de humedad, fracturas, perdida de color y elementos arquitectónicos.
Desde finales del año de 2015 el INAH conformó una comisión académica de la pirámide de la Serpiente Emplumada con el fin de analizar a fondo la problemática y diseñar soluciones de conservación desde una perspectiva multidisciplinaria comprendiendo las especialidades de la arqueología, la arquitectura, la ingeniería, la conservación y el diseño.
Desde ese año, los arqueólogos Sergio Gómez, Eduardo Matus, Leonardo López y Saburo Sugiyama plantearon la problemática con algunas restauradoras, y se constituyó el grupo que vino trabajando desde 2017 y 2018 cuando se instaló un sistema de monitoreo que permite reportar de manera periódica los cambios climáticos, de temperatura, las exposiciones de estructura a la humedad, el sol, la lluvia y el viento.