A las 22:05 del sábado, el cielo en el estadio Azteca se llenó de fuegos artificiales: no estallaron justamente por el contexto de las fiestas patrias, sino porque el América, líder absoluto de la Liga Mx en 15 jornadas, celebró por toda Santa Úrsula que es el rey del clásico nacional, después de vencer 2-1 a Chivas.
Además de ser un lugar imponente, este coloso también es un síntoma. En sus vibraciones se puede entender tanto un estado general de ánimo como sus detalles. Lo sintieron los jugadores del Rebaño desde que saltaron a la cancha. La presión en las tribunas copadas, que era digna de una final, los devoró en los primeros minutos y no supieron cómo reponerse.
Apenas tocó la pelota, Henry Martín notó el nerviosismo del joven Luis Olivas y transformó un saque de banda de rutina en el 1-0 desde el manchón penal (4). En su afán por sostener la marca, el joven zaguero derribó al yucateco con una barrida dentro del área y el árbitro Adonai Escobedo no dudó en señalar la falta.
El gol de Henry, celebrado a lo Cuauhtémoc Blanco, volvió a impulsar la idea de que los clásicos, como las finales, sólo se ganan yendo al frente. Chivas trató de defender su estilo, pero se notó que lo hacía con incomodidad. No tuvo espacio para pensar ni para actuar en ataque. En esas condiciones, su rival aumentó la peligrosidad y, con un bombazo de Diego Valdés, volvió a exigir los reflejos del portero Miguel Jiménez.
Aquel fue un lapso insufrible para los jugadores rojiblancos. Alexis Vega, Roberto Alvarado y Cristian Calderón acumularon voluntad, pero la pelota casi nunca estuvo en sus pies. Mientras el resonante ¡Vaaamos, vaaamos Améeerica!
, era causa y efecto de su identidad en el campo, las Águilas sobrevivieron al todo o nada con el segundo gol de la noche.
La secuencia de pases inició desde la defensa, pero terminó con un centro de Emilio Lara, en el que Henry dejó solo a Alejandro Zendejas, de cabeza, para vencer a Jiménez con un furioso remate de derecha (50). Lo que salió a relucir en seguida fue el gen de la paternidad, los cánticos que advertían que el que no salte es un Chiva maricón
, con miles de seguidores americanistas besándose la camiseta.
En medio de esa tormenta inesperada, el Rebaño salió de su extravío y, en un tiro libre pasado a segundo poste, Cristian Calderón apareció de sorpresa para hacer el descuento (62), pese a los reclamos de los locales por un presunto fuera de juego. Bien pudo el América terminar antes con el partido, pero el poste se atravesó en un remate de Federico Viñas.
Su victoria, sin embargo, fue la ratificación de un elemento vital de su mística: siempre que exista un clásico, el orgullo de los jugadores va por delante. Así lo demostraron en el histórico 7-0 ante Cruz Azul, el 3-0 sobre Pumas y anoche ante el Guadalajara, que, de paso, terminó sufriendo la expulsión de Fernando Beltrán.
Los tapatíos, que no vencen a las Águilas en fase regular desde el 27 de agosto de 2016, sufrieron su cuarta derrota y permanecieron con 22 puntos, 13 menos que el líder. Las autoridades no reportaron desmanes en el Azteca.
En el estadio del Monterrey, Rayados despertó en el tramo final para salir con el triunfo 2-0 ante el bicampeón Atlas, que ya no tiene posibilidad de avanzar ni siquiera al repechaje. Con goles de Sebastián Vegas (79) y Jesús Gallardo (83), los regiomontanos llegaron a 34 unidades para seguir en segundo lugar, al tiempo que los rojinegros se perfilan para cerrar el torneo en el penúltimo puesto.