Cruz Azul dio señales de vida. Le bastó con aprovechar dos errores del Mazatlán FC para sumar su cuarta victoria en la Liga Mx (2-0) y meterse en la pelea por el repechaje, tras un partido accidentado y con butacas vacías en el estadio Azteca.

Ante un estilo sistematizado y muy defensivo, La Máquina logró romper el cero a los 21 minutos, en una jugada en la que el defensa Jorge Meré dejó pasar la pelota por el área grande y pese a tener más de una posibilidad para mandarla a la tribuna, la estrelló en el empeine del uruguayo Gonzalo Carneiro para el 1-0.

Mientras su estrategia se desmoronaba, Raúl Sandoval perdió los estribos y soltó un puñetazo por la espalda a Uriel Antuna, para ser merecedor de la tarjeta roja.

A poco de irse al descanso, La Máquina creó una nueva oportunidad para hacer daño y no la desaprovechó. Jaiber Jiménez avanzó como un trueno por la banda izquierda y al intentar un centro raso, alegó una mano de Eduard Bello en su barrida. Aunque hubo reclamos, el penal fue concedido por el silbante y así el paraguayo Ángel Romero convirtió el 2-0, con un saltito incluido en su remate (45).

El complemento tuvo un trámite parecido, más aún con la desventaja numérica de los sinaloenses y la salida del portero Nicolás Vikonis, lesionado del muslo. Pese a ello, los celestes repitieron los errores conocidos en su ataque, con pocas ideas y profundidad.

Pudo ser un final tranquilo, pero el técnico Raúl Potro Gutiérrez mandó al campo a Julio César Domínguez y Rafael Baca, provocando abucheos que inundaron la soledad del Azteca, como si se tratara de dos elementos rivales.

Con dos victorias desde la llegada del ‘Potro’ Gutiérrez, Cruz Azul llegó a 15 puntos para igualar a los cañoneros, que sumaron su quinta derrota de la campaña.

“Queremos meternos a la liguilla y hacer mejor las cosas. Todos están al servicio del equipo. Hoy, necesitábamos de Julio y Rafa y lo hicieron de buena forma. Rescato esa resiliencia que tienen ante este tipo de escenarios. Lo que queda es ofrecer amor propio”, concluyó el estratega celeste al término del encuentro.