Santiago. Al día siguiente de la abrumadora victoria del rechazo
–61.8 por ciento de los sufragios contra 38.1 por ciento del apruebo
– a la propuesta de Constitución garantista de derechos sociales, el presidente chileno, Gabriel Boric, comenzó frenéticas consultas con los sectores políticos para revivir el frustrado y agónico proceso constitucional.
A primera hora de ayer, el golpeado mandatario –apostó buena parte de su capital político a impulsar la ratificación de la propuesta, asociándola con el desempeño de su gobierno– se reunió con los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado, Raúl Soto (Partido por la Democracia ) y Álvaro Elizalde (Socialista), respectivamente, a quienes pidió empezar negociaciones.
Nos ha pedido que en el Congreso se desarrolle un diálogo que permita establecer un camino institucional para avanzar en el proceso constituyente. Convocaremos esta semana a todos los partidos con representación parlamentaria, a las bancadas y también escucharemos a movimientos sociales y representantes de la sociedad civil, con el objeto de promover un diálogo que nos permita a la brevedad transmitir una certeza a Chile
, resumió Elizalde.
Boric y su comité político se citó también con los presidentes de los partidos de las dos coaliciones que sustentan a su gobierno: Apruebo Dignidad (alianza entre el Partido Comunista y el Frente Amplio) y Socialismo Democrático (partidos Socialista, Radical, Liberal y PPD).
También convocó para este martes a la oposición derechista a La Moneda para abordar esta materia.
Al respecto, el presidente del PC, Guillermo Tellier, dijo: estamos dispuestos a conversar con todos, incluso con el Partido Republicano (ultraderecha pinochetista), si es que se sientan a lo que ha convocado el presidente
.
Tellier planteó que lo que se ha rechazado es una propuesta, un texto
, pero que el proceso sigue y vamos a ver cómo, esa es la discusión; el acuerdo es sobre cómo se materializa ese proceso y nosotros vamos a estar en esa discusión
.
Desde la derechista coalición opositora Chile Vamos, Renovación Nacional –el partido mayoritario con 25 diputados (de 155) y 12 senadores (de 50)– confirmó su asistencia, pero advirtiendo que no están apurados por llegar a acuerdos.
El partido más grande de Chile se va a tomar el tiempo necesario para escuchar a todas las bases para entender y dirigir el resultado y actuar con responsabilidad; y que el presidente Boric pueda hacer la autocrítica en su propia coalición de gobierno
, dijo su timonel, Francisco Chahuán.
Mientras el mandamás de la Unión Demócrata Independiente (UDI), Javier Macaya, aseguró que tenemos disposición a conversar
, aunque hay que masticar lo que ocurrió, el presidente tiene que asimilar cuáles son las causas de esa derrota
.
La derecha, si bien dice estar anuente a mantener abierto el tema, ha sido esquiva en las formas y plazos, por ejemplo, si una nueva convención con paridad de género, cuánta representación de pueblos originarios, si sólo convencionales electos o también con expertos, etcétera.
Cambio ministerial
Simultáneamente a todo lo anterior, planea en el ambiente la inminencia de un sustantivo recambio ministerial, incluidos dos de los principales: la titular del Interior, Izkia Siches –jefa política del gabinete–, y el de la presidencia, Giorgio Jackson, a cargo de la agenda legislativa. El asunto no es sí o no, sino cuándo.
La ministra portavoz, Camila Vallejo, declaró: no estamos aquí por nosotros mismos, estamos aquí por un proyecto de gobierno, por un programa y que a través de ese programa y su adecuada ejecución podamos responderle a las personas a sus necesidades
.
Agregó: venimos diciendo hace tiempo que el plebiscito con cualquier resultado iba a marcar un segundo tiempo
.
También se profundizaba en las causales del apabullante rechazo
, abundando explicaciones: el mal tratamiento de la plurinacionalidad y derechos de los pueblos originarios se citaba entre los principales, lo mismo que los excesos
y gustitos
que se dieron los convencionales, desde el día uno, durante el año que sesionaron, y desde luego la feroz campaña de desinformación y mentiras acerca del contenido del texto que desató la derecha.