Seúl. Miles de personas se vieron obligadas a desalojar sus viviendas el martes debido al tifón Hinnamnor, que tocó tierra en las regiones sureñas de Corea del Sur, desatando intensos aguaceros que destruyeron árboles y caminos, y dejaron sin electricidad a más de 20 mil casas.
Un hombre de 25 años desapareció tras caer en un arroyo crecido en la ciudad de Ulsan, en el sur del país, según el Ministerio del Interior y Seguridad, que no reportó más fallecimientos hasta el momento. Se reportaron incendios en una planta siderúrgica operada por la empresa Posco en la ciudad de Pohang, también en el sur, pero se desconocía si fueron causados por la tormenta.
Funcionarios gubernamentales han emitido una alerta a nivel nacional para advertir de posibles daños por inundaciones, deslaves y marejadas desatadas por Hinnamnor, del que dijeron es la tormenta más poderosa en azotar el país en años. El meteoro llegó apenas unas semanas después de que la capital Seúl y las regiones circundantes recibieron intensos chubascos que generaron inundaciones repentinas y derivaron en la muerte de 14 personas.
El primer ministro Han Duk-soo había solicitado medidas preventivas para evacuar a residentes de áreas propensas a inundarse, haciendo notar que Hinnamnor podría terminar siendo un “tifón históricamente fuerte como nunca lo hemos experimentado antes”.
La agencia meteorológica surcoreana indicó que Hinnamnor —el cual tiene vientos de hasta 144 kilómetros por hora— se desplaza en dirección noreste hacia mar abierto tras rozar la isla turística de Jeju en el sur y tocar tierra cerca del puerto de Busan horas antes el martes.
La tormenta generó más de 94 centímetros de lluvia en la zona central de Jeju desde el domingo, donde en un momento dado los vientos alcanzaron 155 km/h.
El Ministerio de Seguridad indicó que más de 3 mil 400 personas de las regiones sureñas del país se vieron obligadas a evacuar sus casas debido a preocupaciones por su seguridad, y que las autoridades estaban recomendando u ordenando a otras 14 mil que desalojen. Al menos cinco viviendas y edificios fueron inundados o destruidos, y gran cantidad de caminos estaban dañados.
Más de 600 escuelas en todo el país fueron cerradas o pasaron a impartir clases en línea. Más de 250 vuelos y 70 servicios de transbordadores permanecieron inactivos y más de 66 mil botes de pesca echaron anclas en puertos. Hasta las 6 de la mañana los trabajadores habían logrado restaurar el servicio eléctrico a 2 mil 795 de las 20 mil 334 viviendas que sufrieron apagones.