Guadalajara. A través de redes sociales el rector de la Universidad de Guadalajara, Ricardo Villanueva, y el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quienes han encabezado desde el año pasado una disputa presupuestal y política, entablaron una comunicación en la cual el primero convocó al diálogo “para terminar de una vez por todas con este problema” y el segundo dijo aceptar, pero bajo la condición de que antes se cumplan tres requisitos.
La mañana de este martes, Villanueva hizo un “sincero llamado” a Alfaro para resolver las diferencias que se acentuaron a partir de que en agosto del año pasado el gobernador decidió, de forma unilateral, redirigir 140 millones de pesos etiquetados para la culminación del Museo de Ciencias de la UdeG a la construcción del hospital civil de Tonalá, lo que fue tomado por los universitarios como una intromisión a su autonomía y reaccionaron con marchas en las que participaron académicos y estudiantes, las cuales, hasta la fecha, suman 142.
“Estamos cumpliendo ya un año de un conflicto que no tiene razón de ser, que es muy difícil de explicar de manera racional (...) La Universidad sólo se ha defendido y ha defendido también la división de poderes y la legalidad en Jalisco”, dijo el rector.
“El vídeo del viernes describe a la perfección en 1 minuto con 53 segundos, el trato que hemos recibido durante el último año. Pero puedo asegurarles que de nuestra parte, en todas mis reuniones, los universitarios siempre nos hemos dirigido con respeto y con mucha disposición al diálogo. A cambio, lo que hemos recibido han sido recortes presupuestales, una absoluta cerrazón y ya se acumulan muchos insultos”, agregó.
Villanueva se refería a la visita que Alfaro hizo al Centro Universitario Valles (CUValles), campus que la red de la UdeG tiene en Ameca, donde ante la intención de la rectora María Luisa García y el secretario Luis León de mostrarle los retrasos en las obras, Alfaro los ignoró, los dejó con la palabra en la boca y terminó, con molestia evidente, advirtiendo a ambos que “le midieran” a lo que estaban diciendo.
Varios vídeos fueron tomados por quienes presenciaron la grosera actitud del gobernante emanado del partido Movimiento Ciudadano, los cuales se viralizaron rápidamente a nivel nacional, Alfaro recibió críticas por su actitud intolerante.
“Como dije hace unos días, gobernador, si así lo deseas podemos dejar al museo (de Ciencias) fuera de la ecuación, pero no podemos permitir un recorte en la partida de infraestructura educativa. Aún sin el museo tenemos obras pendientes por más de mil 200 millones de pesos”, continuó Villanueva.
También le sugirió que ante la cantidad de aspirantes que son rechazados para ingresar por falta de cupo y la mudanza del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (que incluye las facultades de Derecho, Filosofía, Antropología, entre otras) a una nueva sede, ese campus podría ser usado para “recibir desde el próximo ciclo escolar a 8 mil nuevos alumnos sin la necesidad de poner un solo ladrillo”.
“Son muchos los proyectos que podemos concretar para impactar positivamente la vida de miles de jaliscienses, pero para eso necesitamos regresar a la mesa, dialogar y trabajar juntos”, explicó.
Dijo que no le daba gusto “lo que está ocurriendo” ya que “las notas que vimos estos días a nivel nacional son muy lamentables”, se solidarizó con la comunidad del CUValles y llamó a toda la comunidad de la UdeG a no caer en provocaciones para evitar sumar “a este clima de violencia”
“Sigamos defendiendo a la Universidad con firmeza, pero a la vez con elegancia, con prudencia, siempre con datos y con argumentos objetivos, necesitamos madurez, diálogo, necesitamos altura de miras y poner por delante lo más importante: a Jalisco y a su Universidad”, culminó.
La respuesta tardó varias horas pero Alfaro contestó con una “carta abierta a la comunidad universitaria y a las y los jaliscienses”, también en redes sociales.
En ella Alfaro dice que lleva a la UdeG “en mi corazón desde que nací”, porque en sus aulas estudió (la preparatoria, ya que sus siguientes estudios fueron en universidad privada) y en ella “hice mis mejores amigos y aprendí sus principios fundamentales y sus valores como institución pública”.
En su carta dijo que “mientras un grupo de jóvenes universitarios a quienes todos los días sacan de sus aulas con engaños para venir a Casa Jalisco a gritar y confrontar”, escuchó el mensaje del rector Villanueva.
“Me cuesta trabajo creer en la voluntad de diálogo que expresa el rector cuando, en las últimas tres ocasiones en que hemos arrancado obras en beneficio de la comunidad universitaria, el grupo que controla a la Universidad ha buscado provocar y generar enfrentamientos. Cuesta creer en la voluntad de un diálogo institucional serio cuando se usan mentiras y engaños cotidianamente que solo abonan al conflicto”, dijo.
Luego, aseguró que siempre estará abierto al diálogo y que para que se dé tienen que cumplirse “tres premisas básicas” que, agregó, son irrenunciables.
La primera es que no negociará con la UdeG posiciones políticas en el gobierno, ni nombramientos de magistrados o jueces en el Poder Judicial, ni espacios en los organismos constitucionales autónomos, como se hacía en el pasado.
“Tampoco podemos negociar con la Universidad asuntos relacionados con el partido político que crearon recientemente. Si hemos de dialogar, será sobre los temas que competen a las funciones sustantivas de la Universidad”.
El segundo requisito que impuso se refiere a que no asignará “recursos públicos para los negocios del grupo que controla la Universidad, como dijimos desde el principio: a la Universidad le demostramos nuestro amor invirtiendo en la infraestructura que les sirve a los universitarios, en mejores condiciones laborales para sus trabajadores y en los proyectos que verdaderamente sirvan para formar a las nuevas generaciones de jaliscienses”.
“Tercera: NO PUEDE HABER (sic) una mesa de diálogo mientras los edificios universitarios estén vestidos con lonas llenas de mentiras, ni mientras los estudiantes y la comunidad universitaria estén siendo usados para, con engaños y desde la calle, seguir confrontando a la Universidad con el Gobierno”.
Luego dijo que su gobierno no permitirá que usen a la universidad para hacer negocios y acumular poder, rematando con su recurrente frase: “Así de claro”.
Sin ofrecer disculpas ni referirse a lo ocurrido el viernes en CUValles, Alfaro al contrario señaló: “Los jaliscienses conocen cómo soy. Saben que tengo carácter, que doy la cara y sé dialogar, pero sin mentiras. No rehuyo a los problemas. Por eso quiero dejar claro que nosotros no le quitamos ni un peso a la UdeG y la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos dio la razón”.
Una vez cumplidas sus “premisas irrenunciables”, entonces dijo las puertas estarán abiertas al diálogo, pero luego insistió que “a pesar de las diferencias que pueda tener con el grupo que controla a la UdeG, en mi gobierno hemos apoyado más que nunca a la Universidad, incluso más de lo que por ley nos corresponde”.