Nueva York. En una noche mágica en Nueva York, Serena Williams venció este lunes a la montenegrina Danka Kovinic en su debut en el Abierto de Estados Unidos y alargó su recorrido en el probable último torneo de su carrera.
Serena, de 40 años y ganadora de 23 títulos de Grand Slam, atrasó su adiós al batir a Kovinic, número 80 del ranking de la WTA, por 6-3 y 6-3.
La estadunidense celebró a lo grande su triunfo con sus 23 mil 800 aficionados en la pista central de Flushing Meadows, la mayor y más ruidosa del mundo, y ahora afrontará el próximo miércoles un desafío mayor ante la estonia Anett Kontaveit, número dos mundial.
“Primero, muchas gracias porque no esperaba nada de esto”, agradeció Serena tras su triunfo. “Cuando salté a la pista sólo traté de dar lo mejor de mí. El público estuvo de locos y realmente me ayudó a conseguirlo”, agregó.
Aunque también competirá en dobles junto a su hermana mayor, Venus, el mundo del deporte tenía los ojos puestos en el estreno individual de Serena Williams, al que que acudieron celebridades como Bill Clinton, Mike Tyson o Hugh Jackman, con la expectativa de que fuera el último partido de su ídolo.
“Es una decisión muy difícil. Cuando amas algo tanto, es muy difícil dejarlo”, reconoció una emocionada Williams.
“Ahora es el momento, tengo una familia y hay otros episodios en la vida. Yo lo llamo evolución”, afirmó.
A un mes de cumplir de 41 años, Serena ha dejado entrever que se retirará después de su participación en este US Open, torneo en que se dio a conocer en 1999 con su primer título de Grand Slam a los 19 años.
Todo este eléctrico ambiente se le vino encima a Kovinic, una tenista 13 años más joven y sin títulos en su vitrina.
La montenegrina, que había reconocido en la previa sentirse “honrada” por esta oportunidad, se vio superada por una Williams que lució su mejor forma desde su reciente vuelta a la competición tras un año de inactividad.
La estadunidense se apoyó en su todavía potente servicio (9 aces) para reducir los esfuerzos y fue implacable en los momentos clave, salvando ocho de las 10 pelotas de quiebre que afrontó.