Washington. La Casa Blanca revisó el martes a la baja su déficit fiscal proyectado para el año fiscal 2022 (octubre de 2021 a septiembre de 2022) a 1.032 billones de dólares, una reducción de 383 mil millones respecto a su previsión presupuestaria en marzo, en un reflejo de ingresos más sólidos, gastos ligeramente menores y algunas reestimaciones técnicas de desembolsos de salud.
La revisión presupuestaria de la Casa Blanca incluye el impacto de la legislación aprobada desde que el gobierno del presidente Joe Biden propuso su presupuesto fiscal 2023 en marzo, incluida la Ley de Asignaciones Consolidadas y un proyecto de ley de gastos complementarios de Ucrania de 30 mil millones de dólares.
Los nuevos pronósticos, completados el 9 de junio, no incluyen la legislación aprobada desde entonces, incluida una ley de subsidios de análisis y semiconductores de 52 mil millones de dólares y un paquete de aumentos de impuestos, cuidado de la salud e inversiones en energía limpia de 430 mil millones de dólares.
Se espera que la última ley reduzca aún más la brecha.
Los ingresos aumentaron en 504 mil mdd
Buena parte del recorte de la proyección de déficit para el año fiscal 2022 proviene de un aumento de 504 mil millones de dólares en los ingresos, por encima de los niveles previstos en marzo, ante una mayor recaudación de impuestos a la renta de personas físicas, impulsada por el crecimiento del empleo y los salarios, así como por el alza de tributos corporativos y especiales.
Los desembolsos aumentaron en 121 mil millones de dólares desde el pronóstico de marzo, en gran parte debido a la ley de gastos aprobada a principios de este año y los aumentos estimados en los costos de interés netos y un mayor gasto en atención médica de Medicaid para las personas de bajos recursos, así como en créditos para estudiantes y asistencia financiera.
Crecimiento menor al estimado
La Casa Blanca también ajustó a la baja sus proyecciones económicas y la perspectiva del crecimiento del producto interno bruto (PIB) real de Estados Unidos en 2022 se redujo drásticamente a 1.4 por ciento desde 3.8 por ciento estimado en marzo, según las comparaciones del cuarto trimestre.
El gobierno citó el resurgimiento de la variante ómicron del COVID-19, la guerra en Ucrania, la inflación persistente y las tasas de interés más altas para fijar sus pronósticos de desaceleración.
En tanto, la proyección de inflación para 2022 fue revisada a la baja a 6.6 por ciento, ahora en línea con las estimaciones del mercado.