Ciudad de México. De llegar al establecimiento de un panel de resolución de controversias en materia energética se interrumpiría la cadena de valor de la industria automotriz por las represalias arancelarias, advirtió la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).
Y es que una interrupción de la cadena es una interrupción repentina o crisis que afecta negativamente el flujo de fabricación y la entrega de bienes a los consumidores.
Tras dos días de haber arrancado el proceso de consulta para solución de controversias en materia energética del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) por parte de los tres países, la AMIA subrayó fuertes consecuencias económicas en caso de que se emita una resolución contraria a la postura de México en materia de energía.
Ya que el sector automotriz es el principal generador de divisas para la economía mexicana, con 32 de cada 100 dólares de las exportaciones manufactureras resultado de operaciones automotrices.
Aunado a lo anterior, en el último quinquenio, el 20 por ciento de la inversión extranjera directa (IED) se ha dirigido al sector automotriz. En el 2021, el 53 por ciento de la IED fue de origen estadunidense y canadiense.
Debido al T-MEC, México, Estados Unidos y Canadá como región, contribuyeron con 16.8 por ciento en el 2021 de la producción mundial de vehículos con base en las condiciones del tratado que permiten aprovechar sinergias regionales.
Por ejemplo, México es el principal exportador de vehículos ligeros a Estados Unidos, con una participación del 35 por ciento de tales importaciones a su territorio.
En la última década (entre el 2011 y el 2021), México aumentó su participación en la producción regional en 4.0 por ciento, logrando colocarse como el séptimo productor y el quinto exportador de vehículos en el mundo.
Como se describe, “el libre comercio intrarregional ha mantenido y reforzado una relación de trabajo colaborativo que ha favorecido el crecimiento y mutuo soporte para el desarrollo económico de diversos ámbitos; entre ellos, el automotriz”, aseveró la AMIA.
Es por ello que reiteró que “el riesgo de que se emita una resolución contraria a la postura de México en materia de energía resultaría en fuertes consecuencias económicas y represalias arancelarias que interrumpirían la cadena de valor de la industria automotriz en la región”.