Cuántas veces nos hemos puesto a pensar cuántas personas están detrás del proceso de reciclaje de las botellas PET de agua o refresco; habitualmente pensamos que depositarlos en el cesto de basura es suficiente, pero ¿qué pasa después de colocarlos en su lugar?
En el proceso de reciclaje participan muchas personas, como los recolectores que se encargan de separar el PET, las plantas procesadoras de estos plásticos y obviamente el transporte para hacer llegar los residuos de un punto a otro, para que las empresas puedan volver a utilizar los materiales.
Además de que es un proceso que impacta de forma positiva a las comunidades y a la naturaleza, ayuda a que estos envases tengan más de una vida útil, beneficiando a millones de familias que dependen económicamente de estos procesos y también a los comercios que venden las botellas retornables y recicladas, como las tienditas, restaurantes, fondas y taquerías.
La Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC), que tiene un gran compromiso con el país y su gente, sigue multiplicando esfuerzos para beneficiar al medio ambiente y los recursos del planeta, por esta razón y con el objetivo de alcanzar #UnMundoSinResiduos, el año pasado realizó una inversión de 11 mil millones de pesos, para fortalecer las cadenas de retornabilidad, reciclaje y acopio.
Parte de la meta de la IMCC es que todos sus envases sean fabricados con al menos 50% de materiales reciclados. Además, se propusieron como objetivo recuperar el 100% de los envases que ponen en el mercado para el 2030 (al momento recuperan el 60% de ellos).
Actualmente cuentan con la planta Petsar, que es la más grande del mundo y que tiene la capacidad de procesar más de 85 mil toneladas de PET al año, sin embargo, multiplican esfuerzos para poder procesar una mayor cantidad de material reciclado, por ello, en este año colocaron la primera piedra de la planta “Planeta” a través de Coca-Cola FEMSA, la cual podrá procesar hasta 50 mil toneladas de PET.
A través de su iniciativa “El Amor Multiplica” buscan que ciudadanos, organizaciones y autoridades se conviertan en agentes de cambio, planteando y formando parte de actividades como la rehabilitación de espacios públicos, limpiezas de playas y cuerpos de agua y proyectos de economía circular; con la misión de lograr la red de compromiso más grande de México. Uno de los proyectos que forman parte de esta iniciativa son los murales comunitarios, con la cual buscan fortalecer el vínculo entre la comunidad y el medio ambiente. La Industria Mexicana de Coca-Cola lanzó un llamado a las y los mexicanos a unir esfuerzos para transformar el lugar donde vivimos, con ilustraciones que enaltecen el talento femenino y el bienestar de las comunidades, hasta el uso responsable del agua y el fomento de la cultura de reciclaje.
Entre estos murales, se encuentra el que realizó recientemente el muralista regiomontano BP Vinalay centrado en la cultura del reciclaje en Monterrey, Nuevo León, con el que busca inspirar a los jóvenes a reciclar y estar en armonía con la naturaleza.
“Es una campaña muy padre porque se están fijando en el arte. Somos varios los que nos dedicamos al arte aquí en la ciudad y tenemos muchas ideas, el arte urbano hace muchos cambios, sobre todo hablando del tema de reciclaje o ciertos valores humanos que se necesitan y siempre se van a necesitar”, agrega el artista visual.
Además, este año se llevó a cabo la segunda edición de las jornadas de limpieza Limpiemos México por Un Mundo Sin Residuos de la mano de Fundación Azteca para limpiar playas, parques y presas con una participación de más de 4,500 voluntarios, entre ellos jóvenes y familias enteras, sumando esfuerzos para recuperar cerca de 100 toneladas de residuos orgánicos, inorgánicos y materiales reciclables.
A través de pequeñas acciones, la Industria Mexicana de Coca-Cola busca generar un cambio verdadero y positivo, usando el amor a nuestro país como el puente que une y transforma. Contigo #ElAmorMultiplica