Chilpancingo, Gro. Han pasado nueve años desde que 244 familias debieron abandonar la comunidad de Chicahuales, en este municipio, debido a los destrozos que dejaron los huracanes Ingrid y Manuel, en septiembre de 2013; los damnificados fueron reubicados en Risco de Oro, que está a dos kilómetros de ahí. Desde entonces estamos esperando que el gobierno construya nuestras casas como lo prometió
, denunció el comisario de los bienes comunales Rafael López Sánchez.
La Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, cuyo delegado en Guerrero entonces era el priísta Héctor Vicario Castrejón, ordenó levantar un padrón y aseguró a los afectados que muy pronto
se edificarían sus viviendas.
“Nosotros como pudimos nos trajimos la madera de Chicahuales y sobre las piedras empezamos a hacer nuestras casas, si es que se le puede llamar así a lo que tenemos ahora; algunos paisanos optaron por irse a Estados Unidos o a otros estados, y son los que han levantado inmuebles con mejor material para sus parientes.
Poco menos de la mitad, incluso, se regresaron allá abajo, donde se ubica nuestro pueblo, a pesar de que Protección Civil (PC) nos dijo que es una zona de riesgo
, agregó López Sánchez durante un recorrido por las calles del lugar.
Explicó que durante las tormentas hay tres corrientes que prácticamente atraviesan la zona, pues en esta área nace el río Papagayo, que llega hasta Acapulco. Risco de Oro se ubica a unos 100 kilómetros de Chilpancingo, en plena sierra Madre del Sur.
Los gobiernos federal y estatal, encabezados en ese año por el priísta Enrique Peña Nieto (2012-2018) y el perredista Ángel Aguirre (2011-2014), respectivamente, no les cumplieron y las autoridades morenistas actuales no les dado aún solución, indicó. “Los de PC aseguraron que iban a hacer un dictamen, pero no han venido; en 2013 sólo hicieron una tarjeta informativa. Ahorita estamos esperando que la Procuraduría Agraria acredite un documento que diga que nosotros tenemos estas tierras.
Y es que pertenecían a Santiago Tlacotepec, pero ya se las indemnizaron, y el municipio nos entregó 14 hectáreas, que es donde se planteó construir unas 400 viviendas, porque la población ya creció
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Después, agregó Rafael, nos dijeron que ya teniendo el folio iban a comenzar los trabajos, pero no fue así; sólo pusieron el kínder, la primaria y otra escuela, pero unos 700 habitantes necesitamos sitos adecuados para vivir
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El comisario detalló que la gente en Risco de Oro está muy pobre
porque dejaron de sembrar amapola, que es a lo que se dedicaban, ahora cultivan maíz, frijol y calabaza, además de que se integraron al programa Sembrando Vida. Sin embargo no es insuficiente, porque las familias son numerosas, y sus miembros se enferman mucho porque el clima es frío y en esta parte de la sierra llueve casi todos los días
, recalcó.
Durante la visita al poblado, una mujer manifestó su esperanza de que pronto los gobernantes volteen a verlos
y narró: “extrañamos Chicahuales, pero por el miedo tuvimos que subir acá, porque allá la situación se puso muy fea y yo tengo un hijo enfermo; llovió como ocho días y nos venimos muchos de nosotros con todo y niños.
“Varios funcionarios nos dijeron que nos iban a ayudar, pero es hora que no nos han hecho caso; por eso ya queremos que de una vez nos desengañen, que nos digan si nos van a apoyar.
Nomás nos hacen ilusiones, nos piden papeles y así nos traen de aquí para allá
, reclamó.
Detalló que las casas donde ahora habitan en Risco de Oro están mal hechas porque las construyeron según sus posibilidades económicas; seguido el aire se lleva las láminas de los techos y la madera que utilizaron está muy deteriorada, indicó.
Otra mujer afirmó sentirse decepcionada porque los tres niveles de gobierno les dijeron que no los dejarían solos y hasta ahora no vemos nada; ustedes observen donde estamos, por ejemplo no hay centro de salud, tenemos que ir a Yextla o a otros pueblos. Por eso, ahora le pedimos a nuestro presidente (Andrés Manuel López Obrador) y a la gobernadora (Evelyn Salgado), que nos construyan nuestras casitas
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