Cada América-Cruz Azul es una ceremonia catártica, un momento de ebullición. Mucho tiene de fiesta, porque aquí la gente canta, sufre, se levanta y celebra. “¿Perder? ¡Qué va! Hoy ganamos seguro”, decía, medio rabioso, un aficionado azulcrema mientras los minutos avanzaban en el partido. El presagio no sólo se cumplió, sino que fue inolvidable: un histórico 7-0 en el clásico joven.
Cuando se trata de jugar un clásico, todo en el estadio Azteca se desborda: taquillas, lugares de estacionamiento, puertas de entrada y salida, hasta los pequeños comercios informales.
Lo que abundaron en las tribunas fueron las señales de triunfo, el ensordecedor “¡Vamos, vamos América, que esta noche tenemos que ganar!” y los más de dos mil 300 elementos de la policía que se esparcieron por cabeceras, plateas y palcos para mantener el orden. El ruido fue ensordecedor cuando apareció en el campo Jonathan Rodríguez, campeón en mayo pasado con La Máquina y hoy goleador del equipo americanista.
El reencuentro de Rodríguez con la afición azul incluyó fajos de billetes falsos, abucheos y gritos de ‘¡mercenario! y ¡traidor!’ por su cambio de camiseta. Era como si ‘Cabecita’ tuviera que navegar sobre un buque gigantesco, en medio de una marea alta. Pero el uruguayo supo reponerse con altura.
Suelen decir los entrenadores que en encuentros de tanta rivalidad no se concede ni medio segundo, porque termina costando muy caro. Prueba de ello, el zurdazo de Richard Sánchez desde fuera del área que significó el 1-0 de las Águilas a los 15 minutos. Displiscentes en la marca, a Rodolfo Rotondi y Luis Abram sólo les faltó aplaudirle ante semejante golazo. Bastaron un par de jugadas más para que el América se llevara el partido a la bolsa. A toda marcha por la banda izquierda, Henry Martín superó con facilidad a Ramiro Funes Mori y sirvió para que ‘Cabecita’ Rodríguez, solo en el área, empujara la pelota a segundo poste (22).
No hubo festejos del uruguayo, pero sí rostros desencajados entre los celestes. Dos remates de Juan Escobar y Ángel Romero trataron de corregir la imagen de un Cruz Azul sin pies ni cabeza, pero se estrellaron en los postes. Cuando por fin, sin merecerlo, el equipo de Diego Aguirre encontró el gol con un cabezazo de Rotondi, un supuesto empujón sobre Alejandro Zendejas -señalado por el VAR- mantuvo el cero en la portería de Guillermo Ochoa.
Casi en seguida vino el derrumbe de los celestes: Rafael Baca se fue expulsado por una falta a destiempo, Jurado acomodó mal la barrera y Diego Valdez, de tiro libre, hizo el 3-0 con un remate que no necesitó mucha fuerza, sino colocación (45). Al margen de la polémica arbitral, el resultado retrató las diferencias que existen entre los dos equipos. Un América pletórico ante un Cruz Azul que provocó vergüenza ajena.
Ya con la ventaja numérica, Henry Martín (53), Álvaro Fidalgo (73), Federico Viñas (85) y Salvador Reyes (90) redondearon la fiesta con el cuarto, quinto, sexto y séptimo tanto de la noche. “Fiesta en América”, se escuchaba en el sonido local del Azteca. Y con justa razón.
Diego Aguirre estaría fuera de La Máquina
Aunque trascendió la información sobre el cese de Diego Aguirre como técnico de Cruz Azul, su auxiliar Juan Verzeri señaló que “nadie en el cuerpo técnico está enterado de eso” y que, al no poder confirmar su salida, “sólo nos queda redoblar esfuerzos”, porque “es un momento de mucha vergüenza deportiva" y "todos somos parte del problema".
