Londres. La agencia espacial de Rusia develó ayer por primera vez un modelo físico de cómo será la nueva estación que construirá esa nación, lo que sugiere que Moscú se toma en serio la posibilidad de abandonar la Estación Espacial Internacional (EEI) y actuar solo.
Rusia, inmersa en lo que algunos partidarios de línea dura del Kremlin consideran una ruptura histórica con Occidente, provocada por las sanciones impuestas por lo que Moscú llama su operación militar especial
en Ucrania, se apresura a reducir su dependencia de las naciones occidentales y a avanzar por su cuenta o a cooperar con países como China e Irán.
Occidente, que ha acusado a Rusia de lanzar una guerra de agresión no provocada de carácter imperialista contra Ucrania, ha golpeado la economía rusa con sanciones diseñadas para privar a Moscú de tecnología, conocimientos técnicos y fondos.
La agencia espacial nacional rusa Roscosmos presentó una maqueta de la estación, llamada ROSS por los medios de comunicación estatales, en Army-2022, una exposición militar-industrial en las afueras de Moscú.
Yuri Borisov, a quien el presidente Vladimir Putin nombró el mes pasado para dirigir Roscosmos, ha dicho que Rusia abandonará la EEI después de 2024 y que trabaja para desarrollar su propia estación orbital.
Lanzada en 1998, la central ha estado ocupada de forma ininterrumpida desde noviembre de 2000 en el marco de una asociación liderada por Estados Unidos y Rusia en la que también participan Canadá, Japón y 11 países europeos.
La NASA, que desea mantener la EEI en funcionamiento hasta 2030, afirma que aún no ha recibido confirmación oficial de la prevista retirada de Rusia y que anteriormente había entendido que Moscú seguiría participando hasta 2028.
Roscosmos ha afirmado que la nueva estación ofrecerá a los cosmonautas una visión mucho más amplia de la Tierra para fines de vigilancia que la que disfrutan en su segmento actual.
Los medios estatales rusos han sugerido que el lanzamiento de la primera etapa está previsto para 2025-26 y el de la segunda y última para 2030-35, informaron.
La estación espacial, tal y como está concebida, no tendría una presencia humana permanente, sino que contaría con personal dos veces al año durante largos periodos.
Dmitri Rogozin, anterior jefe de Roscosmos y de línea dura, conocido por sus fuertes declaraciones contra Occidente, ha sugerido que la nueva estación espacial podría cumplir un propósito militar si fuera necesario.