La región carbonífera de Coahuila tiene una historia reiterada y ha sido escenario de varios accidentes. Se estima que a lo largo de la vida activa de esa zona –que data de 1884–, al menos 3 mil 100 trabajadores de las minas han muerto debido a tragedias como la de Pasta de Conchos o El Pinabete, que se han repetido en numerosas ocasiones.
La minería de carbón es la que mayor cantidad de vidas humanas cobra
y en municipios como Sabinas, Nueva Rosita, Palaú y Barroterán, entre otros, se otorgan concesiones incluso a empresas fantasmas y proliferan las explotaciones clandestinas de carbón, en las que ha llegado a participar el crimen organizado
, señala el libro Así se ve la minería en México, editado por el Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones (Susmai).
La primera tragedia minera del carbón en Coahuila fue en 1889. En El Hondo, municipio de Sabinas, fallecieron más de 300 trabajadores, de acuerdo con un documento del sindicato nacional minero.
El 31 de enero de 1902 hubo otro accidente en esa mina y perecieron al menos 200 obreros. Cinco años después en Las Esperanzas, en Múzquiz, por tremenda explosión
se reportó el deceso de 117 mineros, sólo fueron rescatados 30 cadáveres y se dejaron insepultos a 87
.
En 1969 murieron 153 trabajadores. Los habitantes de Barroterán sintieron la explosión como un temblor, pero 500 metros abajo la mina era un amasijo de piedras, polvo y cadáveres que luego llevaron a la superficie, ante mujeres que se negaban a aceptar la tragedia.
De acuerdo con el reporte elaborado por Óscar Alzaga y Nahir Velasco, abogados del sindicato nacional minero, entre 1902 y 1976 se produjeron en la región de Coahuila 19 grandes explosiones por gas grisú, de las que aún se guarda memoria colectiva en la zona y el país, con un saldo total de 812 mineros muertos.
En enero de 2002, 13 trabajadores fallecieron en el pozo de carbón La Escuelita, en Múzquiz, luego de que quedaron atrapados cuando se produjo un derrumbe e inundación de las galerías, a 65 metros de profundidad.
La muerte de 65 mineros de Pasta de Conchos, en 2006, y la de siete trabajadores en Múzquiz, en junio de 2021, se suman al reciente colapso de la mina El Pinabete. Tales hechos no son fortuitos, hay omisión de las autoridades e ilegalidad
de las empresas, apuntó Alzaga.