Ciudad de México. México se ha vuelto una referencia en el desarrollo de bonos sustentables, un instrumento mediante el cuál se busca atar financiamiento a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Más allá de que implican un menor costo para las finanzas públicas, explica Gabriel Yorio González, subsecretario de Hacienda, tienen un segundo efecto: reducir la base sobre la que se financian las empresas públicas y privadas del país.
Necesitamos generar las condiciones para que todos los recursos de financiamiento en nuestra economía se movilicen con criterios ambientales o sociales. La sustentabilidad está muy vinculada con el cambio climático, el cual afecta a los más pobres. Entonces el enfoque que proponemos es construir instrumentos de mercado y utilizar regulación financiera para que todos los créditos que pasen por el sistema se realicen o ejecuten con estos criterios
, refiere en entrevista con La Jornada.
A la fecha, México ha realizado cuatro emisiones de bonos soberanos vinculados a los ODS en tres mercados: el de euros, el de pesos y el de dólares. Las primeras, en euros, se dieron en 2020 y 2021; otra más en pesos en mayo de 2022 –con la que se inauguró el mercado de los BONDESG, instrumento para financiar proyectos sustentables–, y la más reciente, en agosto, en dólares.
Yorio González explica que los bonos sustentables se financian a una tasa menor que los tradicionales. De tal manera que si un corporativo mexicano, privado o público, hiciera una emisión sustentable para un proyecto que está vinculado con algún aspecto de sustentabilidad, ellos también tendrían que reflejar una ganancia en su fondeo
.
Hasta ahora, cuando se comparan con un bono tradicional, los atados a ODS que ha emitido el gobierno mexicano reflejan una tasa de interés, en promedio, 0.05 puntos porcentuales más baja. Esto, con una referencia fija. No obstante, el BONDESG –que incorpora un tipo variable– se encuentra hasta 0.1 puntos más abajo que una emisión convencional, detalla el funcionario de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
La dependencia no tiene establecida una meta de monto o porcentaje de la deuda del país que quiere dejar atada a los ODS; el objetivo está enfocado a construir las curvas de financiamiento en los mercados sostenibles, que las referencias establecidas por la deuda de gobierno sean lo más bajas posibles, para que los corporativos también tengan financiamiento más barato, agrega.
Cada vez que el gobierno mexicano va al mercado y emite un bono, ya sea a 10, 15 o 20 años, eso es lo que llamamos los nodos, referencias que después los corporativos tanto privados como públicos utilizan para revelar el precio de los bonos corporativos.
El objetivo es construir las curvas con las referencias lo más bajas posibles con el objetivo de lograr dos ganancias: la que genera el gobierno federal con las referencias y la que ganan los corporativos cuando emiten sus bonos de financiamiento
, refiere el subsecretario.
Yorio Gonzaléz destaca que en este momento el marco de referencia construido por el gobierno federal sólo aplica a la deuda soberana, pero los corporativos que quisieran emitir bajo esos estándares, incluyendo Petróleos Mexicanos, tendrían que desarrollar su propia metología, como lo hizo la Comisión Federal de Electricidad.
Al consultarle si, además de las referencias en los mercados, se podrían implementar herramientas fiscales en temas ambientales, sostiene que por el momento se busca trabajar en el mercado, pues las brechas de financiamiento para temas globales, como el cambio climático, son muy grandes.
Actualmente sólo existen fondos verdes internacionales que son muy burocráticos y difíciles de ejecutar. No en México, sino a nivel internacional. Los países tienen que acceder a estos fondos y cuesta mucho trabajo
. Es por ello que se busca desarrollar las taxonomías sustentables que se van a aplicar en el sector financiero y con ellas estandarizar cuáles son los criterios para calificar los proyectos como verdes o como sociales.
Blindamos nuestro sector financiero para cuidar la calidad del activo financiero. Al mismo tiempo, que cuando los bancos presten dinero para cualquier tipo de proyecto o línea de crédito incorporen un criterio de sustentabilidad, verde o social.