Teherán. En el mercado de libros de Teherán, todo el mundo estaba al corriente el sábado del intento de asesinato sufrido el viernes por el escritor británico Salman Rushdie, pero entre las opiniones sobre el ataque solo parecía haber dos posturas: el apoyo o el silencio.
Más de tres décadas después de la publicación de "Los versos satánicos", el libro aún huele a azufre en la República Islámica iraní, cuyo fundador, el ayatolá Rouhollah Jomeini, emitió una fatwa en 1989 llamando al asesinato de su autor.
En Teherán, nadie parecía dispuesto a condenar abiertamente el atentado, al menos, en voz alta, y quienes hablaban, lo celebraban sin ambages.
"Me alegró mucho escuchar la noticia. Sea quien sea el autor (del ataque), le beso la mano (...) Que Dios maldiga a Salman Rushdie", dijo a la Afp Mehrab Bigdeli, de 50 años.
La fatwa del Ayatolá Jomeini obligó al autor británico a esconderse durante años y vivir bajo protección policial, aunque hacía tiempo que había recuperado una vida de normalidad.
El viernes, sin embargo, Rushdie fue apuñalado en cuello y abdomen durante un acto literario en el estado de Nueva York por un hombre que ya fue arrestado. Actualmente se encuentra hospitalizado con respiración asistida.
"Los gobiernos occidentales han gastado millones de dólares para protegerlo, pero los musulmanes decidieron enviarlo al infierno", dijo sonriendo Bigdeli, con barba canosa y gorra militar, que dijo ser clérigo.
Mientras, otras personas interrogadas por Afp se negaron a comentar el ataque frente a la cámara, prefiriendo continuar su camino sin decir palabra.
Periódicos de línea dura de Irán elogian al agresor de Salman Rushdie
Varios periódicos iraníes de línea dura elogiaron el sábado a la persona que atacó e hirió gravemente al escritor Salman Rushdie, que estaba amenazado de muerte por Irán desde 1989 por su novela "Los versos satánicos".
En Irán aún no se ha producido ninguna reacción oficial al ataque contra Rushdie, que fue apuñalado en el cuello y el torso el viernes mientras estaba en el escenario de una conferencia en el estado de Nueva York.
Sin embargo, el periódico de línea dura Kayhan, cuyo redactor jefe es nombrado por el líder supremo de Irán, Alí Jamenei, escribió:
"Mil bravos (...) a la persona valiente y obediente que atacó al apóstata y malvado Salman Rushdie en Nueva York", afirmó, añadiendo que "hay que besar la mano del hombre que desgarró el cuello del enemigo de Dios".