Ciudad de México. Ser contratenor es mucho más difícil de lo que se pueda imaginar. Por lo menos en México, donde ese tipo de cantantes enfrentan adversidades como estigmas, prejuicios, discriminación y machismo, sostiene Héctor Sosa Manterola, pionero en nuestro país de esa singular tesitura, la más aguda de las voces masculinas en el canto.
Sosa Manterola ahonda en esas y otras circunstancias en su libro Las vicisitudes del contratenor en México, el cual presentará mañana a las 18 horas en el aula magna José Vasconcelos del Centro Nacional de las Artes (Río Churubusco y Calzada de Tlalpan, colonia Country Club).
Creo que había mucho que contar, sobre todo por el tema relacionado con esta tesitura, en la que impera el machismo, la burocracia estorba, no te permiten entrar por muchas razones al sistema o no te aprecian por lo que vales. En fin, por eso está este libro, en el que se explican muchas cosas
, sostiene el cantante y docente, quien este 2022 cumple 40 años de haber debutado en el Palacio de Bellas Artes.
Publicado por Laberinto Ediciones, el libro surge de la tesis que realizó el intérprete para titularse en la licenciatura en docencia de las artes, en la escuela La Esmeralda. Está dividido en cuatro capítulos: Aproximaciones históricas, Panorama contemporáneo, Pedagogía vocal, y Machismo y homofobia, además de contar con un catálogo especial de obras para esa tesitura y una antología musical.
Aunque está narrado en primera persona, no se trata completamente de una obra autobiográfica, pues también se configuró a partir de entrevistas con otros contratenores mexicanos, entre ellos Iván López Reynoso, más conocido por su faceta de director de orquesta; Emmanuel Pool, Rubén Berroeta y Diego Galicia, alumnos del autor.
Proveniente de una estirpe de cantantes de ópera y música popular, que incluye a su ya fallecido medio hermano José José, Héctor Sosa señala que en México se debe dejar de considerar a la tesitura de contratenor como algo inusual y normalizarla, abrir mesas, foros, conciertos, talleres y demás espacios para que los jóvenes cantantes que la poseen sientan que son bienvenidos.
Comenta que uno de los principales estigmas es la falsa idea de que lo agudo de su voz es consecuencia de la mutilación de una parte del cuerpo: Por la manera en que canto, me han llegado a preguntar si estoy completo, lo cual provoca carcajadas, porque lo único que me corto son las uñas y el cabello
.
Uno más, añade, es el relativo a la sexualidad: “Se supone que con la voz se reafirma una orientación sexual. Eso lo apunto en el libro y es una idea totalmente equivocada. El contratenor canta así porque le da la gana y porque se trata de un talento.
“Tengo alumnos heterosexuales, bisexuales y homosexuales. Es decir, la manera en que cantamos no condiciona una preferencia sexual específica; tendríamos que partir de allí para que este tipo de cantante se acercara fácilmente a su tesitura.
¿Por qué etiquetamos? ¿Por qué queremos que el hombre que viste pantalones cante como consideramos que debe hacerlo un hombre? ¿Por qué tenemos, aún en el siglo XXI, este binarismo de género tan imperante?
De acuerdo con el intérprete –quien comenzó su carrera como tenor, cantó los últimos 18 años de ésta como contratenor y se retiró en 2012–, los prejuicios contra ese tipo de voz se extienden hasta el ámbito académico.
Resulta que en México tenemos solamente tres contratenores titulados. Eso está gacho decirlo, pero alguien tiene que poner el dedo en el renglón, porque es una vergüenza. Hay escuelas de música donde los propios maestros de canto dicen que la voz de contratenor no existe. Entonces, si llega un chico deseoso de mostrar su talento, enseguida se le exige que cante como tenor
, lamenta.