La Red Mexicana de Afectadas/os por la Minería (Rema) exigió justicia por los trabajadores que sufrieron afectaciones por el colapso de una mina de carbón el pasado 3 de agosto en Las Conchas Sabinas, Coahuila, donde permanecen atrapados 10 de ellos, y por todas las familias de las personas que se emplean en esta actividad y que han muerto en ese estado.
Consideró que el colapso de la mina en Las Conchas Sabinas “es uno más de los múltiples desastres previsibles”. Estas “terribles tragedias son resultado de la corrupción, la ilegalidad y la impunidad en la que operan las empresas mineras en la zona carbonífera” de dicha entidad, aseveró.
En un pronunciamiento, la Rema lamentó que los gobiernos actuales y de otros sexenios “han hecho oídos sordos a las advertencias que por 16 años lleva gritando la organización Familia Pasta de Conchos”, donde en 2006 a causa de una explosión por acumulación de gas metano, 65 de los 73 obreros que se encontraban trabajando en ese turno quedaron atrapados, y 63 siguen sepultados en la mina.
En este sentido, destacó que “una muestra de la impunidad imperante es que no obstante que desde la tragedia de Pasta de Conchos hasta la fecha han sucedido decenas y decenas de accidentes y muertes en las minas de México; no hay un solo responsable tras las rejas”.
Puso como ejemplo los casos de 1969 y 2012 en Barroterán ( con 157 y 7 muertos, respectivamente); 1988 en Mina Cuatro y Medio (37 muertos); 2006 en Pasta de Conchos; 2011 en El Pocito (14 muertos); 2012 en Progreso (5 muertos), y 2021 en Múzquiz (7 muertos).
“Son algunos ejemplos de que en esta zona carbonífera de Coahuila se toleran pésimos condiciones de trabajo, los accidentes laborales se solapan, las muertes se ignoran y las empresas criminales son encubiertas y protegidas por las autoridades gubernamentales de los tres niveles”, señaló.
“Nuevamente, el gobierno (en todos sus niveles) que, por omisión, permitió la explotación laboral, las condiciones laborales esclavizantes, la dañina insalubridad y la devastación ambiental en las minas de Sabinas; se convirtió en un criminal cómplice de aquellos empresarios que dieron la orden a los mineros de bajar al interior de la mina para seguir extrayendo carbón, pese a que existían claras evidencias de que la mina se podía inundar porque la excavación presentaba infiltraciones de agua ya que los trabajadores estaban maniobrando muy cerca de un cuerpo de agua”, indicó Rema.